El primer marcapasos fue inventado en el año 1958 por el médico estadounidense Wilson Greatbatch. Greatbatch trabajó en un proyecto para grabar los sonidos del corazón cuando accidentalmente colocó una resistencia equivocada en su circuito y descubrió que el dispositivo emitía impulsos eléctricos regulares. Este accidente le dio la idea de desarrollar un dispositivo para regular el ritmo cardíaco.

El dispositivo era grande y debía ser implantado quirúrgicamente. Sin embargo, con el tiempo, los marcapasos se hicieron más pequeños y menos invasivos. En el año 1972, el marcapasos transitorio fue inventado, lo que permitió a los médicos colocar el dispositivo temporalmente en el paciente mientras se determinaba si necesitaba un marcapasos permanente.