El Pensante

Infecciones e invasiones cerebrales: de cómo lo simple altera lo complejo

Ciencia - junio 10, 2015

Imagen 1. Infecciones e invasiones cerebrales: de cómo lo simple altera lo complejo

Técnicas biológicas de dominio mental

Desde hace al menos un siglo la humanidad (o al menos sectores dentro de ella) sigue a la búsqueda de la droga perfecta, aquella que permita dominar completamente la mente humana y doblegarla a las intenciones de quien la administra. Salvo por los zombies haitianos, parece ser que dicha droga no ha sido encontrada, aunque se hayan gastado miles de dólares en su búsqueda.
Sin embargo – cómo es común – parece ser que la naturaleza nos lleva varios millones de años de ventaja: innumerables especies de animales e, incluso, de hongos, son capaces de modificar a voluntad los cerebros de sus víctimas para obligarlos a realizar determinadas actividades. Pocos de estos parásitos invaden la mente de los humanos (y los que lo hacen tienden a tener un efecto moderado), pero en el caso de algunas especies han evolucionado para tomar el control absoluto llevando a la muerte de la criatura.

Los hongos y las hormigas

Los ejemplos más flagrantes se encuentran en el grupo de los artrópodos, y principalmente de los insectos. Una especie de hormiga amazónica, por ejemplo, puede contraer una infección por el hongo Ophiocordyceps unilateralis. Sin embargo, el hongo no se contenta con ocupar el cuerpo de la hormiga: se apodera de su sistema nervioso para convertirla en títere de sus necesidades. El hongo obliga a la hormiga a buscar un sitio alto (de donde sus esporas puedan esparcirse) y morir.

El gusano que obliga al saltamontes al suicidio

Otro insecto conocido que sufre de un problema semejante es un saltamontes europeo que, al ser infectado por un gusano netamorfo, cambia su comportamiento y se mueve en busca de las fuentes de agua que el gusano necesita para alcanzar su fase adulta. Aún no está claro si el gusano genera sed en el saltamontes o solo le “nubla” los sentidos para que no pueda ver el peligro de un pozo de agua.
Casos semejantes se presentan en caracoles, escarabajos y otras especies de insectos. Sin embargo, una de las razones por las que es tan fácil para un parásito apoderarse del sistema nervioso de estos animales es por su simplicidad: no se comparan al de los vertebrados. ¿Podemos, entonces, asumir que un cerebro más complejo sería inmune a estas influencias? La respuesta, seguramente, es que no.

¿Puede dominarse la mente de un animal con cerebro complejo?

Toxoplasma

Toxoplasma gondii es un protozoo que habita en el tracto intestinal de los gatos, el cual necesita para completar su ciclo biológico. La manera que tiene el parásito para llegar al tracto intestinal del gato es magistral: tras infectar un roedor, le hace deliberadamente buscar el olor a orina de gato, lo cual lo vuelve presa fácil del felino. Siendo así, este sería el único parásito conocido que tiene tal influencia sobre el comportamiento de un mamífero. Pero parece ser que no se limita a las ratas.
Imagen 2. Infecciones e invasiones cerebrales: de cómo lo simple altera lo complejo
Alrededor de un 60% de la población humana podría estar infectada de Toxoplasmosis. Según investigaciones recientes, el parásito podría generar efectos como la pérdida de reflejos y la adopción de un carácter agresivo e impulsivo (puntualmente, se relacionaron episodios de accidentes automovilísticos con el parásito). Debido a su alojamiento en el cerebro, el Toxoplasma gondii puede afectar en gran manera nuestro comportamiento… realmente nadie sabe hasta qué punto. Pero ciertamente nuestro cerebro tiene semejanzas con el de las ratas, lo que favorece su influencia en él.
Además de la toxoplasmosis, existen algunos parásitos nematodos que pueden invadir nuestro cuerpo y causar estragos en nuestro cerebro, sin embargo, no está probado que estos gusanos modifiquen el comportamiento de manera deliberada, sencillamente alteran los tejidos que usan para sostenerse. Estos parásitos, principalmente tenias, pueden llegar a causar esquizofrenia, epilepsia o trastornos psicológicos en los pacientes, pero lo más común es que sus síntomas se limiten a debilidad e intensos dolores de cabeza.
Imagen 3. Infecciones e invasiones cerebrales: de cómo lo simple altera lo complejo
Pero la vida sigue evolucionando. Siendo la humanidad uno de los grupos animales más exitosos de la tierra, ¿crees que podríamos estar en peligro de que, algún día, un parásito evolucione para dominarnos?
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