El Facebook ha llegado para cambiar la vida de muchos. Para unos es un gran directorio que ha facilitado encuentros con las personas de nuestro pasado y, en ocasiones, desencuentros con las personas de nuestro presente.
Influencia de Facebook en las relaciones de pareja
De cualquier manera, parece que estar “conectados” es gratificante. Nos ayuda a sentir que no estamos solos en el mundo, a lidiar con el tiempo y el aburrimiento.
Muchos se han encontrado con sus parejas a través de las redes sociales, otros utilizan este medio para tener amigos. También es frecuente escuchar que chatear con conocidos ha generado problemas en los matrimonios.
Los pacientes consultan inicialmente por los celos incitados por el encuentro de algún mensaje en el chat, el “Face” o el correo electrónico de su pareja.
Son estas expresiones y formas de comunicarnos las que despiertan celos y conflictos. Así, un “like” en una foto, un comentario pueden llegar a ser motivo de discordia, pues se flirtea por Twitter, se conquista y seduce por chat.
También es buena apagarse de vez en cuando para volver a la relación “face to face”, pues la vida real es bien distinta a lo que vemos en el Facebook. Para algunas personas ver lo que está ocurriendo con sus contactos, saber de la vida de sus exparejas, se convierte en toda una obsesión y en un tormento.
Para algunos es más fácil expresar sentimientos a través de un emoticón pero cuando hay alguien parado frente a nosotros nos damos cuenta de las consecuencias. Detrás de las pantallas es un poco más difícil ver esas consecuencias de nuestras acciones.
Para construir, no para romper
Una de estas consecuencias es el peligro de que algunas relaciones terminen. La palabra Facebook se incluyó en más de un tercio de las solicitudes de divorcio el año pasado, según una encuesta realizada por el Wall Street Journal. He identificado los peligros de intimar en el anonimato, la obsesión que lleva a uno de los miembros de la pareja, incluso, a violar la seguridad de las claves de correos, celulares y chats.
Cuando la gente pasa mucho tiempo en sitios de redes sociales, comienza a sentir como si realmente conociera y fuera amigo de las personas, a pesar de que no lo son realmente. Cuando nos absorben las pantallas, yo siempre recomiendo un plan de proximidad, ya sea que vivan mejor los encuentros que están más allá de las redes sociales, basados en experiencias, tiempo e historias compartidas.
La sicología ha visto que cuando la gente comparte detalles íntimos, es porque está buscando ayuda o atención. En el último año he visto decenas de relaciones destruidas por lo que yo llamo “perlas del Facebook”: encuentros con el pasado de dejan una relación rota en pedazos.
En Facebook, con amigos como estos ¿quién necesita enemigos?
La gratificación instantánea del Facebook estimula los centros de recompensa del cerebro y es fácil encontrar uno mismo en el deseo del éxito de una conexión. Inclusive, la mente va a toda marcha y se imagina que es la persona y la relación perfecta.
Pronto, alguien puede creer o sentir que un amigo en línea lo conoce, lo comprende o lo acepta más que su pareja, y esta sensación artificial de intimidad puede comenzar a consumir sus pensamientos, lo que se convierte en algo aún más emocionante, porque es un secreto. Si esto te está pasando es hora de volver al “face to face”, y no dudes en desconectarte o eliminar la causa de todos tus problemas.
Por: Katiuska Vera
Sicóloga clínica
482 1227 Bogotá