Particularidades de Islandia
Islandia es uno de los países más particulares del mundo. Colonizado por exploradores daneses allá en el siglo IX, se convirtió en un miembro de la corona noruega en el siglo XIII y se independizó a principios del siglo XIX. Es actualmente uno de los países más ricos y con la mayor calidad de vida del mundo, a pesar de que hace un par de siglos su población vivía casi en su totalidad de la agricultura de subsistencia.
En la pasada crisis europea del año 2008, Islandia fue uno de los países en adoptar una postura más radical: por primera vez en casi un siglo sus habitantes se rebelaron contra las imposiciones del FMI, eligieron un nuevo gobierno y encarcelaron a los banqueros y los políticos que habían causado la crisis, decidiendo (caso único en Europa) que no darían un céntimo de los recursos estatales a los bancos que habían caído en bancarrota. La decisión, muy cuestionada en principio, causó que Islandia fuera el primer país europeo en superar la crisis de la eurozona.
La importancia de las Iglesias de los Elfos
Pero aquí no terminan las particularidades. Al vivir en un ambiente inhóspito y rural, en una tierra que parece construida por dioses de alguno periodo antediluviano, muchos islandeses han desarrollado un contacto muy cercano con fenómenos que para el resto del mundo son caóticos y peligrosos, como los volcanes: Islandia tiene una larga tradición en dirigir las erupciones volcánicas con agua para que no amenacen las poblaciones aledañas. Así mismo, a pesar de su confesión luterana, alrededor del 80% de los islandeses considera “posible” que los elfos existan. No hay que esperar menos de un territorio en el que el espacio parece fundirse con la fantasía, en medio de los verdes prados, las planicies volcánicas y los cursos cristalinos de agua.
En un episodio que muchos calificarían de macondiano, en pleno 2013 la construcción de una autopista en Islandia tuvo que cancelarse debido a que atravesaría un territorio sagrado en el cual, se creía, habitaban los elfos. La carretera atravesaba el campo de lava sagrado de Gálgahraun, donde se encontraba una roca conocida como “la iglesia de los elfos”.
Y es que para los islandeses, sus tradiciones no son motivo de risa. “Esta es una tierra en la que tu casa puede ser destruida por algo que no puedes ver (terremotos), donde el viento puede hacerte tropezar y caer, donde el olor a sulfuro de tu tubería te indica que hay un fuego invisible no muy lejos, bajo tus pies, donde las luces del norte hacen del cielo la mayor televisión en el mundo, y donde las primaveras calientes y los glaciares son capaces de hablar”, afirma Terry Gunnell, un profesor de folclor en la Universidad de Islandia.
Concesiones de la carretera
Este año se llegó a un acuerdo, en el cual la carretera se desviaría ligeramente de su rumbo y máquinas se usaron para mover la piedra sin dañarla lejos de la vía, garantizando su hogar a estos inquietantes personajes del mundo sobrenatural islandés. La iglesia de los elfos encontrará su hogar en una región de rocas semejantes, buscando crear una zona unificada de los elfos donde, no nos quepa duda, jamás se permitirá la construcción de ninguna autopista.
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