Leyendas japonesas
Uno de los temas que más hemos tratado en estas páginas es el de las leyendas japonesas, que por alguna razón destacan en el vasto y tétrico mundo de las leyendas urbanas. Relatos como Teke Teke, la Kuchisake Onna o los Gashadokuro son cosas que difícilmente encontraríamos en otros lugares.
Hoy hablaremos de otra leyenda más proveniente de las tierras niponas, pero en este caso una que parece haberse popularizado en otras regiones, principalmente Europa y América del Norte. Se trata de la llamada “chica del agujero”.
The Gap Girl
La expresión, que también podría traducirse como “la chica de la brecha” o “la niña del hueco”, se refiere a la existencia de una entidad que encuentra en aquellos pequeños resquicios de las paredes, los techos o el suelo un portal para transportarse de su realidad a la nuestra. Proveniente de mundos que no comprendemos del todo, con intenciones que jamás conoceremos, la chica del agujero nos observa silenciosa desde aquellos lugares en los que no podemos ver más que uno de sus ojos.
De acuerdo con la leyenda, solo aquellos desafortunados que han sido elegidos por la pequeña podrán verla, observándonos desde su mundo a través de estos portales. Una vez vean sus ojos, su suerte estará echada, pues en algún momento del futuro ella vendrá por ellos.
Lo último que vean, antes de verse sustraídos de este mundo, será sus ojos observándolos por última vez.
En muchos sentidos, la leyenda de la chica del agujero es una representación de nuestros peores temores: a saber, el que existan entidades ocultas allí en donde se supone que no hay nada y sean capaces de alterar nuestra realidad. El hecho de que sólo un ojo sea visible le añade un poco más de terror al asunto y convierte a este personaje en un ser verdaderamente temible.
Incluso en Japón parece no haber muchas historias relativas a este ser, más allá de los clásicos relatos que hablan de personas genéricas que desaparecieron de un momento a otro. Puede ser que esta leyenda en particular sea más cercana a la ficción que a la realidad y simplemente pretenda expresar nuestros más horribles temores.
Imagen: mundo.com