Se dice que en algunas regiones de China existe una marcada sobrepoblación. Cientos de personas viviendo sobre edificaciones en lugares pequeños, mismos que hasta han sido documentados por su magnitud impresionante de personas. Pero en Mongolia, hacia el norte de China se ubica “La ciudad abandonada más grande del mundo”, donde existen cientos y cientos de amplias viviendas, que podrían mitigar un poco, el hacinamiento predominante en el país.
Es toda una ciudad fantasma
Prácticamente, es una ciudad fantasma: kangbashi, un sitio para nada pequeño, sino toda una metrópoli; la edificaron pensando en grande, aspirando a que sus habitantes superarían el número 1.000.000; pero la crisis económica que se presentó en el año 2007, ocasionó la caída del valor de la vivienda, desvalorizarando por completo a esta gran ciudad.
Durante su construcción, la inversión de dinero fue muy alta. Se edificaron amplios centros comerciales, centros deportivos, monumentales edificios, avenidas gigantes, parques de diversiones de grandes dimensiones, todo esto, para crear una de las ciudades más activas de China, sólo que no contaban con que la crisis les afectaría de forma tan alarmante.
Alistar Chan, experto en economía y escritor del libro “El efecto de un colapso del mercado inmobiliario en China”, comenta que el problema causal de que esta gran urbe haya fallado con sus expectativas, fue una mala proyección, pues realizaron muchas construcciones modernas en poco y corto tiempo, aún sin tener las personas que las habitaran. Es un lugar retirado y cuando su valor cayó, nadie se interesó en esta zona.
Centenares de viviendas totalmente desocupadas
Sus pocos pobladores suman 50.000, equivalentes al 10% de lo que se tenía predestinado para ser habitado. Calles como estas, se ven a diario por toda la ciudad: centenares de cuadras con apartamentos de lujo y grandes condominios, que se encuentran completamente vacíos.
Los que viven en esta ciudad fantasma, llamada así inclusive por sus propios habitantes, gozan de tranquilidad absoluta. Caminan pasivamente por sus calles sin afán alguno y nunca se deben preocupar por el tráfico o hacer la fila para el banco. Además, el gobierno ha dispuesto restaurantes que no pagan renta: solo trabajan para que los empleados de Kangbashi tengan un sitio donde alimentarse.
Los especialistas en economía dicen que es posible que esta ciudad dentro de un futuro no muy lejano, se convierta en lo que se tenía pensado. Mientras tanto, sus habitantes siguen disfrutando de otros privilegios como trasporte público gratis, arriendos extremadamente económicos y servicios públicos de bajo costo.
Imagen:taringa.net