El Pensante

La leyenda de La Sallana

Mitos y leyendas - enero 19, 2018

Imagen 1. La leyenda de La Sallana

Muerta por un chisme: La Sallana

En México, en plena época colonial, en la ciudad de Villavicencio vivía una joven  junto con su marido y pequeño hijo, parecía la pareja idónea y la familia feliz: eran jóvenes y ricos, pertenecían a una de las familias más poderosas de la región y contaban con el apoyo de la gente que los rodeaba.

Sin embargo, no todo era perfección  la joven mujer padecía un defecto y poseer un carácter neurótico bastante influenciable por los cotilleos que se presentaban en el pueblo. Tanto así que empezó a dudar  de la fidelidad de su marido, quien siempre se desvivía por hacer sentir especial a su mujer y la complacía con regalos.

Cansada de las habladurías, la mujer evitaba los sitios que frecuentaba su marido, no había nada de qué preocuparse: eran un matrimonio feliz pero las ganas de saber acerca de lo que hacía o dejaba de hacer su marido le  pudieron y un día a sus oídos llegó un terrible rumor: su marido la estaba engañando y peor era que la moza de dicha historia era su propia madre.

La razón la abandonó y sin averiguar por sus propios medios que lo había oído era cierto o falso, decidió tomar cartas en el asunto, fue así que una noche mientras todos dormían en la casa que compartía con su esposo, aprovechando el sueño pesado degolló a su marido y más tarde se cobró la vida de su pequeño hijo.

La Maldición

Y con la adrenalina del momento, fue a la casa de su madre a quien apuñalo varias veces y no contenta con lo que le había hecho incendió el hogar de su progenitora. La matrona con las últimas fuerzas que le quedaban lanzó una maldición: “A partir de ahora su nombre será Sallana y vagaras por los valles asustando a borrachos y chismosas.” Y dicho esto la señora falleció.

A partir de ese momento la joven comenzó a cambiar. Poco a poco se convirtió en un espectro, vagando por lo que alguna vez fue su hogar, asustando por el camino a los borrachos a quienes le muestra su cuerpo y cara putrefacta.

También espanta  a las chismosas y personas criticonas: aquellas personas que con sus palabras la condenaron a una eternidad de pena.

Fuentes:

Imagen: franciscolavinmarmolejo.blogspot.com.co