Leyendas de El Salvador
Es una triste realidad que en muchos (si no todos) los países de América Latina el poder y la riqueza suelen estar repartidos, mayoritariamente, en un puñado de familias. Aunque existen sistemas de movilidad social que permiten a otros ascender, por lo general ocurre poco y los mismos se mantienen, siempre, gobernando y manejando el país.
Una de estas familias fue la familia Guirola, en el Salvador. De orígenes relativamente modestos hacia mediados del siglo XIX, esta familia adquirió una gran preponderancia en el sector exportador del país y pronto vino a convertirse en una de las 7 familias más grandes y poderosas, de aquellas que controlaban los cultivos de café y las instituciones del gobierno. Su maratónico ascenso no pasó inadvertido.
Según se cuenta, ya hacia principios del siglo XX comenzaron a surgir leyendas. Personas que afirmaban que este ascenso no tenía nada de natural, que ahí había cosas sospechosas. Trabajadores que contaban de sonidos extraños, de cánticos, de luces que se encendían en medio de la noche. Y así, comenzó a surgir la historia de la familia Guirola… y su pacto con el diablo.
Pero, contrario a lo que normalmente hacemos, hoy comenzaremos esta historia por el final.
El terremoto de 2001
El 13 de enero del año 2001 ocurrió un terremoto en territorio continental de El Salvador con una magnitud de 7.7 grados en la escala de Richter. El sismo, como es lógico, tuvo consecuencias nefastas para todo el país, pero hoy nos concentraremos en el drama particular de una ciudad llamada Santa Tecla… en la que comenzó, más de un siglo atrás, la historia de la familia que hoy nos atañe.
Fue allí donde ocurrió el llamado “sábado negro”. A causa del sismo, una impresionante columna de tierra se desprendió de la ladera, enterrando más de 200 hogares y llevando a la muerte de casi mil personas. Otras 5.000 resultarían heridas y más de un millón damnificadas.
En el marco de este espantoso suceso ocurrió algo que cabría calificar como milagro. En la ladera que se desprendió se encontraba una mansión que a todas luces debería haber desaparecido. Es posible notar cómo el desprendimiento se dirige directamente hacia la casa y se desvía apenas a metros, pasando justo por detrás para luego retomar su antigua dirección. Es como si una fuerza invisible, incomprensible, hubiera empujado el talud y le hubiese impedido tocar esta mansión.
Y sí, adivinaron bien. Se trataba del hogar de los Guirola.
En la imagen se ve la mansión, a la derecha, y el horrible desastre en la ciudad
Orígenes de la familia
Fue a causa de este improbable suceso que las leyendas de la familia volvieron a correr de boca en boca, pues por décadas habían permanecido más bien en las sombras.
La leyenda comienza con un joven llamado Ángel y nacido en 1826. Tras pasar una temporada estudiando en Guatemala, Ángel Guirola volvería con algunos ahorros a su natal Salvador y contraería matrimonio con una jamaiquina llamada Cordelia Luke Alexander… una mujer cuyos orígenes caribeños, según se cuenta, le habían brindado la oportunidad de aprender artes sobrenaturales y comprender el funcionamiento de las fuerzas ocultas. Sería ella quien lo convenciera de pactar con el diablo.
Fue tal el éxito del joven que para 1876 (ya siendo un adulto) construiría una imponente mansión al estilo parisino en las laderas de la ciudad de Santa Tecla. Allí comenzaron a surgir rumores entre sus trabajadores, sobre las luces y los extraños sonidos que había en el hogar y también sobre el impresionante éxito de la familia.
En la primera mitad del siglo pasado, por ejemplo, se contaba que uno de los hermanos de la familia había tapizado una habitación con plata, realizando un pequeño relieve de un macho cabrío en el techo. Algunos incluso han llegado a relatar sórdidas historias que involucran el supuesto sacrificio de animales e incluso de personas, pero esto parece estar en el dominio de la especulación pues jamás se encontró evidencia alguna que lo indicara.
La familia, con el tiempo, fue perdiendo su preponderancia, pero aún en el presente sigue siendo importante en la política salvadoreña.
En esta imagen está más claro cómo la avalancha se desvió para esquivar la mansión de los Guirola
Un Oligarca Rebelde
En aras de la objetividad es necesario dar el otro lado de la historia. Aquella de Ángel como un hombre trabajador, comprometido con el desarrollo de su país e importante filántropo que, entre otras, donó gran parte de su riqueza para la construcción de un Hospital, una reserva natural y casas para los huérfanos. En muchos sentidos se distanció de las élites tradicionales y trabajó por un país para todos: por esta razón una de sus biografías lo bautizó como “El Oligarca Rebelde”.
En cualquier caso, es apenas natural que cuando una persona tiene un éxito impresionante e inesperado surjan leyendas sobre las causas últimas… y el apoyo de fuerzas sobrenaturales. Las leyendas muestran bastantes coincidencias, es cierto, pero esto no significa que sean necesariamente verdad… al menos, no en toda su expresión.
El asunto de la Mansión es el más interesante. Hoy abandonada, la casa de los Guirola se convirtió en la prueba suprema de que algo extraño sucede con aquella familia. Sea a causa de un pacto con el diablo o alguna especie de bendición, lo cierto es que la Mansión sobrevivió al terremoto contra todo pronóstico, de un modo que muchos consideran no solo extraño, sino casi antinatural.
La casa está hoy abandonada y es el lugar de bastantes visitas de jóvenes que aseguran que en ella se puede sentir algo extraño.
Fuente de imágenes: 1: skyscrapercity.com, 2: rescate.com, 3: wikipedia.org