Radioactividad
Desde el descubrimiento de los materiales radioactivos hacia finales del siglo XIX quedó claro que algo en estos materiales los hacía extremadamente valiosos para el futuro. En efecto, el uso de la radioactividad primero con fines bélicos (recordemos las dos bombas nucleares sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial) y segundo con fines energéticos (la creación de centrales nucleares fue muy importante en el Siglo XX) convirtió la minería de uranio y plutonio, entre otros, en un importante sector para los bloques de la OTAN y el Pacto de Varsovia.
Pero la radioactividad también tiene sus peligros, como bien lo demostraron (de manera bastante dramática, por cierto) los terribles desastres de Chernóbil y Fukushima. Si bien en teoría la tecnología actual permite mantener estos riesgos bajo control, uno nunca sabe cuándo ocurrirá una catástrofe y los potenciales peligros que ello representaría para una sociedad.
Por esta razón (y bueno, también porque durante la Guerra Fría ambos bandos estaban interesados en prevenir el uso de armas nucleares por parte de su oponente) la medición de radioactividad se convirtió en un elemento importante en los diversos países, y en la actualidad la infraestructura para realizarlo está presente en gran parte de Europa. Y esto permitió a las autoridades francesas determinar que una nube de radioactividad, proveniente de Rusia, rondaba los aires del continente.
Pero ¿de dónde salió?
La nube rusa
Las alertas se encendieron en Europa la última semana de noviembre, cuando comenzaron a detectarse niveles inusualmente altos de radiación. Todo parecía indicar que la procedencia del mismo eran los Montes Urales, en los que se encuentra una empresa llamada Mayak trabaja con materiales radioactivos. Una de sus producciones, el Ruthenio-106, encaja perfectamente con la radiación, pero tanto la empresa como el gobierno ruso han negado completamente la existencia de fugas y la empresa incluso afirma que dejó de producir Ruthenio hace un año.
El asunto ha preocupado a más de un experto, pues si bien la nube no es peligrosa en Europa, los niveles indican que podría ser letal en su lugar de procedencia (donde estaría más concentrada), mas no se han dado alertas para evacuar regiones afectadas.
Aún no se conoce la procedencia de la nube de radiación. Pero lo que es más grave, para que la radiación llegase a Europa deberían haber pasado al menos 2 meses desde el accidente, lo que indica que esto pudo ocurrir hace un tiempo y haber sido ocultado por las autoridades.
Fuentes:
- https://www.cbc.ca/radio/asithappens/as-it-happens-tuesday-edition-1.4422830/as-mystery-of-radiation-cloud-over-europe-deepens-russia-remains-a-suspect-1.4423328
- https://www.theguardian.com/world/2017/nov/21/russia-radioactivity-986-times-norm-nuclear-accident-claim
Imagen: cbc.ca