Contrario a lo que muchos creen, las abejas no son los únicos (ni más importantes) polinizadores
La muerte de las Colmenas
Hace algún tiempo hablamos en este portal de la muerte de las colmenas, un fenómeno que llevaba varios años presentándose en los Estados Unidos y Europa y que en su momento se consideró el indicador de un inevitable apocalipsis.
Como siempre, tras la crisis vino la oportunidad y los extenuantes estudios de universidades, agricultores y apicultores revelaron los problemas a los que están enfrentadas las abejas: principalmente los cambios en las dinámicas de los cultivos – que ahora incluyen vastísimas extensiones de un solo producto, que da a las abejas cantidades inmensas de alimento (que son incapaces de aprovechar) por un par de semanas y las privan de recursos el resto del año – y el uso excesivo de herbicidas y pesticidas.
Son estos últimos en particular los que dieron el golpe de gracia. Se trataba de un grupo de sustancias conocidas como neocotinoides y producidas, principalmente, por la infame multinacional Monsanto. En los países europeos en los que la sustancia fue prohibida las abejas tuvieron un respiro y las poblaciones comenzaron a recuperarse.
La recuperación de los panales, pese a no llegar a los niveles previos a los 1990’s, de alguna manera sembró esperanzas e hizo que el tema de la muerte de las colmenas pasara a un segundo plano. Recientemente, sin embargo, la ONU ha advertido que el asunto está lejos de haber terminado y que no sólo las abejas, sino miles de especies polinizadoras, podrían estar en peligro.
Y si algo les pasa a ellas, seguimos nosotros.
El documento de la ONU
Existen miles de especies de polinizadores que incluyen aves, murciélagos, abejas, mariposas, escarabajos y un largo etcétera que no vale la pena mencionar aquí. Las abejas son los más icónicos y conocidos y son fundamentales para muchas especies de plantas, pero distan mucho de ser los únicos.
Muchos polinizadores, como este colibrí, no son insectos.
Recientemente la ONU emitió un comunicado en el que alertaba sobre la rápida disminución de grandes poblaciones de polinizadores, en particular en las regiones de monocultivo con grandes extensiones. De acuerdo con la organización, la desaparición de estas especies sería nefasta para los seres humanos, pues más del 70% de los cultivos mundiales dependen de algún polinizador.
Lo que es más interesante aún, se encontró que allí donde otras especies de polinizadores desaparecieron la sustitución con abejas de miel no fue satisfactoria. Las abejas son excelentes aliados, pero no son los únicos y en ocasiones no suplen las funciones de otros animales.
El estudio
El análisis en cuestión lo lideró el investigador Lucas Garibaldi, de la Universidad Nacional de Río Negro (Argentina), y consistió en un análisis comparado de la situación en más de 60 países que indicó que la situación es, de hecho, peor de la esperada. 46 científicos recolectaron datos y determinaron que sin importar su ubicación, todos los países muestran una alarmante aceleración en la velocidad de desaparición de muchas especies de polinizadores, en particular de insectos.
El análisis indica que los culpables son semejantes a aquellos que afectaron, en primer lugar, la población de abejas: los hábitos de monocultivo en grandes extensiones y el uso excesivo de agroquímicos que tiene consecuencias desconocidas sobre estos animales. Pero lo que es aún más grave, vastas regiones del mundo dependen de los polinizadores para los cultivos fundamentales en sus poblaciones. Se trata de cultivos que tienen un alto nivel nutricional y que, en ausencia de una alta productividad, podrían condenar a vastas poblaciones a la hambruna. Y como hemos dicho muchas veces, con el hambre viene la Guerra.
Los insectos son los más afectados. Muchas especies han desaparecido y otras se reducen rápidamente
Soluciones
El estudio, sin embargo, es un tanto optimista y afirma que no necesitamos más que un cambio en los hábitos de cultivo, cambio que podría ni siquiera estar asociado con nuevas tecnologías sino a la aplicación de las que ya conocemos y, ante todo, a la utilización de la tierra de manera diferente.
Lo importante es aprovechar espacios y realizar la llamada “rotación de cultivos”, permitiendo la aparición de “parches” de naturaleza en los que estas especies puedan reproducirse y mantener poblaciones estables que luego se encarguen de polinizar los cultivos. Así mismo, afirma el estudio, convendría reducir las grandes extensiones dedicadas a un solo cultivo y comenzar a cultivar más especies.
Por último, se advierte que incluso en las circunstancias en las que se pueden reemplazar los polinizadores naturales con abejas esta es una apuesta arriesgada, pues una epidemia dejaría los cultivos a merced del destino y las consecuencias podrían ser nefastas.
Fuente de imágenes: 1: wikipedia.org, 2: interaccionevolutivadelasespecie.weebly.com, 3: placc.org