En la vida, situaciones difíciles suelen presentarse, como por ejemplo un parto sorpresivo en lugares y circunstancias difíciles; pero uno de los peores sitios para dar a luz, es un avión. Realmente, esos casos en los vuelos casi nunca se registran, pero en esta historia veremos cómo un avión debe ser desviado de su ruta y aterrizar de emergencia para que un pequeño pudiera nacer.
Cambiaron la ruta del vuelo para el parto
Todo sucedió a finales de 2015, cuando una mujer embarazada viajaba con rumbo a Estados, desde Taipei, en un vuelo de la aerolínea “taiwanesa China Airline”. De repente, los dolores de parto se manifestaron y con el propósito de brindarle a ella y al bebé, las condiciones médicas pertinentes, el avión debió efectuar un aterrizaje en Anchorage, Alaska.
Gracias a esta acción del equipo de vuelo, la pasajera tuvo a su hijo en perfecto estado; sin embargo, no todo es color de rosa, porque el hecho de que el aeroplano se hubiera salido de su trayecto, acarreó la suma de US33 mil, suma por la que la mujer fue demandada por la aerolínea.
La demandaron por infringir las normas de vuelo
De acuerdo con las normas para viajar por aire, la pasajera debió haber informado que se hallaba en su semana número 36 de embarazo. El no proceder de esa manera, llevó como consecuencia que muchos otros pasajeros, perdieran importantes citas de negocios y vuelos a los que debían transbordarse al llegar a los Ángeles, ciudad del destino primario. Ninguna mujer con más de 32 semanas, puede subir a bordo.
El personal que atendía la aeronave prefirió a toda costa descender en el menor tiempo posible, para buscar la ayuda profesional correspondiente, puesto que arriesgarse a asistir un parto de modo empírico, a 32 mil pies de alto, representa un gravísimo riesgo, incluso de implicaciones mayores al dinero que se vio afectado.
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