Se desesperó, lo asfixió con las cobijas y optó por el sucidio

La mujer, identificada como Elisa Bárbara Kantún, quien para entonces tenía 23 años de edad, se hallaba en un estado completamente demencial, al momento en que tomó la decisión de asfixiar a su hijo de tan sólo siete meses de nacido, valiéndose de las cobijas de su cama, con las que le cubrió la cabeza hasta matarlo. Tan pronto como se percató de que el bebé había fallecido, sintió una desesperación profunda, acompañada de un terrible dolor que le remordía el alma.

Entonces, en vista de la gravedad de lo que había cometido, optó por quitarse la vida, para lo cual, cogió un cuchillo y primero cortó sus venas de ambas manos. Luego, prosiguió rasgando su garganta. En cuestión de minutos empezó a perder el conocimiento, hasta que cayó desmayada mientras se desangraba.

Pero al rato llegaron al lugar las autoridades policiales, alertadas por la abuela del menor asesinado, quien pocas horas antes había denunciado a la mujer de no contar con las facultades mentales propicias para cuidar a un bebé, puesto que había presentado comportamientos muy violentos y poco cuerdos en las últimas semanas.

La escena era dantesca. Los policías notaron al bebé asfixiado y a su ensangrentada madre, a un lado de donde su pequeño cuerpo yacía. Los paramédicos hallaron aún con vida a la mujer y lograron salvarla. Pero tan pronto como recobró el conocimiento, fue arrestada de inmediato y puesta a disposición de la Fiscalía General.

Enfermedades mentales fueron la causa

El macabro acontecimiento acaeció en un municipio mexicano llamado Ticimul, en febrero de 2016. Al parecer, Bárbara Kantún quedó muy desestabilizada psicológicamente, cuando el padre de su hijo los abandonó, quedando como madre soltera y con grandes preocupaciones económicas, factores que la llevaban a cometer actos violentos con su hijo recién nacido, pues según relata su madre, misma que finalmente la denunció, el niño lloraba demasiado y la mujer no lo soportaba, se desesperaba intensamente y le gritaba que se callara e incluso, pretendió agredirlo en varias oportunidades.

Empero, precisamente el día del crimen, la madre de la asesina y abuela del bebé, presintió que algo malo habría de pasar y no se equivocó, pero las autoridades no alcanzaron a llegar para salvar la vida del menor, hecho que ocurriría cerca de las siete de la noche.

Las investigaciones corroboraron que la autora del homicidio sufre de enfermedades mentales y que entró en un estado de intensa irritabilidad, cuando el niño no cesaba de llorar, lo cual causó que atentara contra su existencia y luego de que lo hizo, no vio más alternativa que intentar suicidarse. Por tal razón los procedimientos judiciales en su contra cambiaron y fue enviada por el juez a cumplir su sentencia en un proceso de rehabilitación en un hospital estatal psiquiátrico.

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