A veces, los límites del cuerpo humano pueden llegar a sorprendernos, cuando traspasan la barrera de lo que estamos acostumbrados a llamar como normal. Un claro ejemplo es “la mujer que volvió a la vida después de estar congelada”.
Un milagro que estuviera viva
Los hechos ocurrieron en Minesota, Estados Unidos, el 20 de diciembre del año 1981. Por aquellos días se vivía un fuerte invierno y un joven de 19 años, al salir de su casa notó que había una adolescente entre la nieve. Cuando se acercó corriendo a examinarla, notó que su cuerpo se hallaba totalmente rígido y por supuesto congelado, ya que había pasado toda la noche tumbada en el hielo, a -25 grados centígrados.
Todo empezó cuando Jean Hilliard conducía su coche, cuando en un momento perdió el control del auto, alcanzó a salir de él y cayó en una zanja llena de nieve. Se hallaba bastante retirada de casa, pero por fortuna conocía a una persona cerca de allí, por lo que se puso en marcha hacia allá, temiendo que de quedarse en el coche, moriría del intenso frío.
El automóvil había patinado en una zona de hielo macizo y al salvarse del accidente, optó por recurrir a casa de su amigo en pro de lograr ayuda. Cuando el joven halló su cuerpo, de inmediato llamó a las autoridades y Jean fue llevada al hospital, donde todo el personal médico se llevó la gran sorpresa de sus vidas, al apreciar el estado de la paciente que parecía muerta.
De hecho, las enfermeras decían que Jean estaba tan helada, que parecía que la hubiesen metido a un congelador; su rostro estaba blanco, tal cual un occiso. En ese momento la joven aún se hallaba con signos vitales y se enfrentaba a una fuerte congelación crónica al punto en que los galenos no podían si quiera moverle un solo dedo, pues de hacerlo podrían partirse. “No puedo explicar por qué está viva”, dijo en ese momento, el doctor George Sather, encargado del caso.
Casi le amputan las piernas
Cuando buscaba el domicilio de su amigo, sus piernas se tambaleaban del intenso frío; caminaba con insistencia en contra del viento que soplaba fuerte y acompañado de nieve. El cansancio también la agobiaba, pues tuvo que caminar dos millas enteras en plena tempestad. Dice que lo único que recuerda, es cuando alcanzó a llegar a la entrada del garaje de la casa del joven.
Todo el equipo sanitario del hospital intentó hacer de todo para salvar su vida, pero la situación era más que extrema. Los profesionales decían que si la adolescente lograba sobrevivir, los daños cerebrales serían irremediables y hasta pensaron en amputar sus dos piernas, por el grado de congelación.
Al poco tiempo, comenzó a experimentar fuertes convulsiones y para sorpresa de todos, volvió en sí y se hallaba en perfectas condiciones, tanto mentales como físicas, pero con algo de confusión. Parecía ser todo un milagro, pues las piernas se fueron descongelando rápidamente y los médicos no lo podían creer. Casi 50 días después salió del hospital, con todas sus extremidades completas y con apenas unas magulladuras leves.
Imagen: misteriosarealidad.wordpress.com