El Rey de Noruega: Haakon VII
La invasión nazi
Desde la Primera Guerra Mundial Noruega había tomado la costosa decisión de mantenerse neutral en cualquier conflicto que surgiese en suelos europeos. Sin embargo, ad portas de la Segunda Guerra Mundial el país nórdico tenía claro que mantenerse neutral sería extremadamente complicado.
En efecto, Noruega era demasiado valiosa y sus puertos garantizaban una salida al Atlántico Norte y el acceso a las importantes reservas de hierro suecas. Pese a sus esfuerzos, tanto el Reino Unido como Alemania comenzaron planes para invadirla en 1939 y para 1940 había sido completamente aislada del exterior por la flota británica. Los alemanes, temerosos de perder la iniciativa, decidieron entonces atacar.
La Wehrmacht – es decir, el Ejército Alemán – atacó las costas de este país con un ejército considerable el 9 de abril de 1940, aniquilando en menos de 48 horas toda la resistencia y obligando al gobierno noruego a escapar a Narvik. Pese a sus esfuerzos, todo el país estaba en manos alemanas una semana después.
Josef Terboven fue designado “Comisario del Reich” y enviado a vigilar la ocupación. Era un personaje importante que rendía cuentas directamente a Himmler, mano derecha de Adolf Hitler, y al que caracterizaba la crueldad de muchos líderes nazis. Comenzó a manejar Noruega como una fuente de recursos para Alemania, imponiendo pesadas cargas y sembrando el temor de una posible hambruna. Así mismo, limitó muchas de las libertades tradicionales de los habitantes de aquel reino.
Pero una de las gotas que desbordó el vaso fue la deportación de 700 judíos al campo de concentración de Auchwitz. Tras este suceso, ocurrido en 1942, comenzó un importante proceso de resistencia civil comenzando por las aulas de las universidades, cuya autonomía había sido fuertemente coaccionada.
Un símbolo para la resistencia
Buscando entre los anales de los inventos, algunos miembros de la resistencia noruega dieron con el clip. Según ellos este alambre había sido creado por Johan Vaaler (noruego) en 1901, por lo que cumplía a la perfección con las características deseadas: era sencillo, fácil de esconder y representaba la unión de todos los noruegos así como un clip mantiene unidas todas las hojas.
El clip, de hecho, había sido patentado hacia 1870 en Estados Unidos, pero quienes eran conscientes de ello no dijeron nada y la sociedad en conjunto lo adoptó y convirtió en símbolo de resistencia.
Soldados alemanes en Noruega
La Sociedad Lebensborn
Desde el comienzo los noruegos miraron con recelo las prácticas nazis en el gobierno y sintieron la pérdida de sus libertades y de los valores en que basaban su sociedad. No en vano el partido fascista noruego había tenido un éxito insignificante en sus años previos de existencia.
Sin embargo, estas molestias se convirtieron en inconformidad generalizada cuando los noruegos comenzaron a enterarse de la llamada “Sociedad Lebensborn” que buscaba “mejorar” la raza mediante la eugenesia. Embebidos en su idealismo ario, los miembros de la sociedad consideraban a las mujeres noruegas como ejemplo particular de “pureza” y no dudaron en aprovecharse de ello para usarlas en sus proyectos eugenésicos (de los que ya hablamos en la serie Ahnenerbe). Aquellas que se resistían (que, vale aclarar, no eran todas) eran por lo general secuestradas y violadas.
La información llegó también a la BBC de Londres, uno de los canales informativos más importantes durante la Segunda Guerra Mundial. El rey Haakon VII, entonces refugiado en la capital británica, no podía permitir que esto siguiera pasando y públicamente brindó su apoyo y su bendición a la resistencia noruega.
El clip, que para entonces ya había sido adoptado, se convirtió en el símbolo por excelencia de la resistencia. En las tertulias de los jóvenes noruegos podían encontrarse decenas de estos objetos que se colocaban en medio de los parques, frente a las oficinas del gobierno y en las narices mismas de los miembros del gobierno de ocupación. Así mismo, servía para identificar colaboradores en las redes de escondite de judíos.
Símbolo de una nación unida, el Clip pronto se convirtió en el enemigo número uno de los nazis que llegaron incluso a prohibirlo bajo pena de muerte. Sin embargo, por la facilidad al cargarlo, esconderlo e intercambiarlo, el clip siguió reinando en los círculos noruegos de la resistencia hasta el final mismo de la Guerra.
Dos ejemplos de los monumentos al Clip en Noruega
La salida de los nazis
Con la ofensiva del Ejército Rojo y la destrucción del Frente Oriental la posición alemana en Noruega quedó comprometida. Pronto, soldados soviéticos comenzaron a arribar a Noruega a través de Suecia y los alemanes abandonaron a toda prisa el país nórdico.
Aunque los Noruegos no hubiesen sido los actores militares de su liberación, su resistencia impuso un pesado costo a la ocupación y obligó a los alemanes a gastar ingentes recursos en mantener control sobre el país. El Clip, para ellos, simbolizó este esfuerzo y el éxito final.
Sólo los hijos de la Sociedad Lebensborn quedaron en territorio noruego: serían por muchos años rechazados y sus madres vilipendiadas por haber sido pareja de los soldados alemanes. Pero su historia merece un espacio aparte.
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