Recientemente en Inglaterra apareció un paciente infectado con una variedad particularmente resistente de gonorrea. El hombre recibió diversos tratamientos y sin embargo la enfermedad se mantuvo, poniendo en alerta a las autoridades médicas del Reino Unido.

La súper gonorrea

Todo comenzó en enero de 2018 cuando un paciente se presentó ante el servicio de salud británico. El hombre no ha sido identificado por motivos de privacidad, pero sí se reveló que obtuvo su infección tras mantener relaciones con una mujer del sudeste asiático. Hasta aquí, nada fuera de lo común (para el personal médico, claro).

Pero cuando el paciente recibió la primera dosis de medicamentos no sucedió nada.

Lo mismo con la segunda.

Eventualmente los médicos se movieron a un antibiótico conocido como azitromicina. Utilizado para casos más severos, este antibiótico tampoco tuvo ningún impacto.

Así que se movieron a un segundo antibiótico: la ceftriaxona. Y tampoco funcionó.

Y fue aquí cuando se encendieron las alertas.

Era la primera vez que ninguno de estos medicamentos tenía capacidad de controlar una infección de este tipo. Que uno no pueda, bueno, había pasado antes, pero no con los dos.

El paciente recibió una dosis de otro medicamento que hasta el momento parece haber funcionado, pero es una de las últimas herramientas que queda. Todas sus parejas sexuales fueron evaluadas, incluyendo su esposa (sí, es casado), pues es necesario evitar a toda costa que el bacilo se expanda e infecte a más personas.

El caso del paciente de la súper gonorrea es una muestra más de los peligros que nos asecharán en los tiempos por venir. En este caso, la situación parece haber salido bien, pero uno nunca sabe qué podría pasar mañana.

Fuentes:

Imagen: loopjamaica.com