Desde la época medieval, se ha conocido una extraña deidad llamada Baphomet, representada por una figura con cabeza de cabra y otros elementos muy ligados a la magia y al cristianismo antiguo. Precisamente, se le atribuye a la Orden del Temple, o Caballeros Templarios, en el año 1307.
Mucha gente cree con firmeza que se trata del símbolo de Satanás, por sus barbas, cuernos, alas y los demás detalles con un tinte esotérico, que se relaciona colectivamente como algo maligno. No obstante, no todos piensan así y hay toda una ciencia detrás de esta simbología, que esconde misterios sorprendentes, pero que pocos conocen. A continuación veremos la verdad del Baphomet, o ¿el símbolo de Satán?
Los templarios y el culto al macho cabrío
Todo un enigma bordea este impactante personaje de la historia de los Templarios. Varias teorías han surgido desde aquel siglo XII. Dentro de los conocimientos cabalísticos y masónicos, es muy importante el Baphomet. Pero ellos no lo ven como algo malo, sino que significa “Bautizo de la sabiduría”, de la etimología del prefijo “Baph” y el sufijo “Metis”. Explican que la cabeza con barba simboliza la cabeza de Juan el Bautista, que a su vez es otro símbolo que significa la castidad y la muerte del deseo.
Curiosamente, Baphomet también tiene estrecha relación con las deidades de otras culturas. Podría decirse que en diferentes épocas y pueblos de la tierra, se ha tratado de representar la Divinidad de manera parecida, con un ser de cuernos.
Un ejemplo son los pueblos paganos, como los panteístas, que adoraban al dios Pan, con rasgos similares. O el antiguo culto Wicca y su creencia en el dios Cernutos. Inclusive en el mismo cristianismo, hasta Miguel Ángel esculpió la estatua de Moisés con cuernos, indicando que no sólo el demonio los tiene, sino también los seres de luz.
De modo que mientras que el colectivo de la sociedad considera que se trata de algo maligno al desconocer la ciencia hermética que atañe a Baphomet, los estudiosos del tema como masones, rosacruces, ocultistas, sociedades secretas, gnósticos, etc, lo estiman como el símbolo del camino hacia la luz o hacia las tinieblas, según se elija y de acuerdo con el método.
Sobre su frente posa una estrella de cinco puntas, con un pico hacia arriba y dos hacia abajo, contrario a la estrella que se utiliza en los ritos oscuros. Eliphas Levi, reconocido sabio y ocultista del siglo XIX, en su libro “Dogma y Ritual de Alta Magia”, explica lo siguiente:
“El Macho Cabrío, lleva sobre la frente el signo del pentagrama, con la punta hacia arriba, lo que basta para considerarla como símbolo de luz; hace con ambas manos el signo del ocultismo y muestra en alto la luna blanca de Chesed y en bajo, la luna negra de Géburah. Este signo expresa el perfecto acuerdo de la misericordia con la justicia”.
También expone Eliphas Levi, que uno de sus brazos representa lo femenino y el otro lo masculino, como un ser Andrógino. La antorcha que resplandece entre los cuernos, vendría a simbolizar la inteligencia y la luz mágica que se encarga de equilibrar las fuerzas universales y el alma liberada de las cadenas de la materia, pero viviendo en ella. La cabeza, como ánfora o cáliz del fuego sagrado.
Según el gnosticismo universal, la tétrica cabeza de cabra simboliza la tendencia animal de la mente humana, que debe ser subyugada. El caduceo de mercurio que se localiza en su órgano generador, es el mismo con el que Hermes dio a entender la inmortalidad y el Arcano secreto.
Los principios herméticos
Los misterios rosacruces indican que al invertir las letras que constituyen la palabra Baphmet, se obtiene la clave que contiene: “TEM OHP AB”, que significa “, oli omnivm hominum pacis Abbas”; en español: “El Padre del Templo, Paz Universal de los Hombres”.
En uno de los brazos está escrita en latín la palabra “Solve” y en el otro “Coagula”, que traducen disolver y crear. Añaden igualmente, que el simbolismo del Baphomet está íntimamente ligado con los siete principios herméticos y Solve et Coagula se relacionan con el principio del mentalismo y a su vez, con el de Causa y Efecto, puesto que para crear algo se requiere una acción a la que le sigue una consecuencia determinada.
Como uno de los brazos señala arriba y el otro hacia abajo, vendría a representar el principio de correspondencia en el Universo, que consiste en que como es arriba, es abajo; como es dentro, es fuera.
La posición de sus manos es un mudra denominado Júpiter y representa el movimiento, el principio de la vibración de todas las cosas.
El principio de polaridad estaría simbolizado por los rasgos femeninos y masculinos de la figura, sumado a la luna blanca y la luna negra. “Todo tiene dos polos y su par de opuestos”, advierte el Kybalión.
El agua en movimiento en la parte inferior del Baphomet, es el principio del Ritmo, aludiendo a la influencia lunar sobre las mareas.
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