La verdadera historia de Hipatia de Alejandría

La verdadera historia de Hipatia de Alejandría

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Rompiendo moldes

En las últimas semanas, gracias a la última película de Amenabar, “Agora”, se habla mucho de su personaje principal, la filósofa Hipatia de Alejandría. Os contaré de forma breve la vida de esta mujer que en algunos aspectos dista bastante de la mostrada en la película.

No se conoce la fecha exacta del nacimiento de Hipatia, se sabe que falleció en el año 415 y que en la última década del siglo IV ya impartía sus clases. La primera fecha de nacimiento propuesta es la del año 370, reflejada en la obra “Vida de Isidoro”, del filósofo Damascio. Esto significaría que Hipatia ya daba clases con una edad de veinte años, algo bastante improbable, como cuenta la historiadora Maria Dzielska: “resulta difícil imaginar que sus alumnos, todos ellos jóvenes, mostraran el respeto y la admiración que reflejan las cartas de Sinesio de Cirene – uno de sus discípulos – a una mujer de su misma edad”. Dzielska, junto a un grupo de historiadores sitúan la fecha de nacimiento de Hipatia en el año 355, con lo cual comenzó impartir sus clases con 35 años y murió a la edad de 60, fechas bastante más lógicas y ajustadas a la realidad.

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La verdadera historia de Hipatia de AlejandríaRetrato imaginario de Hipatia, por Rafael Sanzio. Detalle de La escuela de Atenas (1509-10; Museos Vaticanos).

Hipatia nació en el seno de una familia pagana de clase alta, su padre, el filósofo Teón, le inculcó desde pequeña el amor por las matemáticas y la astronomía. El contacto constante con sabios y aristócratas de la época y el acceso, restringido para muchos, a libros, textos y manuscritos de ciencias exactas, la convirtió años después en líder de la Escuela neoplatónica de Alejandría y en una de las más dotadas en los campos de matemáticas y astronomía. Escribió libros sobre geometría, álgebra y astronomía y mejoró el diseño de los primitivos astrolabios -instrumentos que permiten determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste-, e inventó un hidrómetro.

Seguidora de Plotino y poco amiga del misticismo, llevó una vida que se podría considerar como ascética. Buena diplomática, su condición de pagana no fue impedimento para que en sus clases hubiesen aristócratas cristianos de renombre, pero esta condición de pagana fue precisamente lo que le costaría la vida años más tarde.

Pese a sus altos conocimientos en matemáticas y astronomía, las enseñanzas más preciadas por sus discípulos fueron las filosóficas. La fama de su escuela llegó a tal punto que, como refiere Sócrates Escolástico en su Historia Eclesiástica: “todo aquel que deseaba estudiar filosofía acudía a Hipatia desde cualquier lugar”. Así, sus alumnos llegaban desde Cirene, Siria o Constantinopla, sumándose a quienes residían en la misma Alejandría. Destacándose entre ellos el obispo de Ptolemaida, Sinesio de Cirene -que mantuvo una importante correspondencia con su maestra-, Hesiquio el Hebreo y Orestes, que llegaría a ser prefecto imperial de Egipto en el momento de la muerte de la filósofa alejandrina.

La verdadera historia de Hipatia de Alejandría

Hipatia impartía sus enseñanzas por dos vías distintas: por un lado de forma pública, en conferencias a las que asistían numerosas personalidades de la sociedad Alejandrina; por otra parte, creó en torno a una escuela filosófica hermética, formada por alumnos jóvenes de familias cultas y adineradas de la aristocracia y la administración, a los que enseñaba los secretos de la filosofía en la intimidad de su hogar. En esta época mantenía una buena relación con el obispo Teófilo, enemigo del paganismo y bastante intransigente, pero que hacía la vista gorda porque entre los discípulos de Hipatia habían tanto cristianos como paganos.

Curiosamente, en las clases de Hipatia no se permitía la presencia de mujeres y tampoco se permitía la presencia de alumnos de las clases más bajas y populares. Otro dato de interés que tendrá mucho que ver con su posterior muerte.

En Alejandría se respiraba un ambiente religioso y social muy enrarecido, el obispo Teófilo había comenzado una serie de iniciativas antipaganas en la ciudad, con la intención de imponer y reforzar “la verdadera fe”. En el año 391, la iglesia comenzó a apropiarse de algunos templos paganos, lo que provocó numerosos disturbios en las calles. Como respuesta a tales altercados el obispo ordenó el ataque al Serapeum, uno de los centros más importantes del culto pagano de Alejandría. Los paganos se refugiaron allí para defenderlo con uñas y dientes y la defensa se saldó con la muerte de varios cristianos. El conflicto se resolvió con un edicto del emperador que ordenó a los paganos a abandonar el templo y entregarlo a la iglesia, declarando mártires a los cristianos fallecidos. Los cristianos, al conseguir el templo, no dudaron en destruir la estatua del dios Serapis… el ambiente se caldeaba más y más.

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Pese a lo que se puede imaginar, Hipatia no solía frecuentar los templos paganos y no participó en la defensa del Serapeum. No se conserva documentación alguna que apunte sobre su devotismo pagano, que la implique en la participación de sacrificios o del uso de objetos de culto.

Tras las revueltas mencionadas, se sabe que Hipatia y el obispo Teófilo mantuvieron la misma relación de respeto. Ni ella ni sus alumnos fueron molestados y su escuela filosófica continuó con sus actividades con normalidad.

Pero en el año 412 muere Teófilo y el panorama cambia radicalmente. Durante un corto periodo de tiempo se entabla una lucha por el poder religioso. Por un lado, Timoteo, que cuenta con el apoyo de Orestes, representante imperial; por otro lado Cirilo, sobrino del anterior obispo y conocido por su ambición y agresividad contra los paganos, mucho mayor que la de su tío.

Finalmente es Cirilo quien alcanza el poder, lanzando sus tentáculos para controlar al máximo Alejandría, intentando igualarse o superar al poder imperial. Las muestras de su desprecio hacia los paganos no tardan en aflorar y todo grupo ajeno a la ortodoxia cristiana es perseguido. Expulsó a todos los novicianos de la ciudad  y luego la emprendió contra los judíos, de los que también consiguió expulsar a un bueno número.

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Icono del patriarca Cirilo de Alejandría


Orestes, que era cristiano pero contrario a estas causas advirtió al emperador de lo sucedido y en este punto, se desencadenó una lucha sin cuartel entre Prefecto y Obispo. El propio Orestes fue víctima del ataque de unos monjes en la vía pública que casi le cuesta la vida, en respuesta, torturó al monje que le había apedreado y éste murió a causa de dichas torturas.

Orestes se había convertido en asiduo a las conferencias de Hipatia, y esta no tardó en mostrar su apoyo al prefecto imperial, viendo con desagrado el interés del obispo por aumentar su poder en la esfera política y pública de Alejandría.

Cirilo, que no podía atacar de forma pública a Hipatia, que mantenía relaciones muy dignas con las principales personalidades de la ciudad, y a la que todos tenían en gran estima y admiraban su prudencia y admiración, urdió un plan para acabar con ella.

Conocedor de la escasa influencia que Hipatia tenía entre las clases más populares, a las que nunca había dedicado su atención, el obispo hizo circular el rumor de que la filósofa practicaba la magia negra y de que sus conocimientos matemáticos y astronómicos se debían justamente a la práctica de dichas artes oscuras. Hipatia no tardó en ser considerada entre estas clases pobres como una auténtica bruja.

Así fue que un día de Marzo del año 415, un grupo de cristianos ultraortodoxos dirigidos por un tal Pedro, asaltaron a Hipatia y la arrastraron hasta la iglesia del Cesarión y, tras desnudarla, la acuchillaron hasta la muerte con trozos de cerámica. Terriblemente mutilada, los enfervorecidos cristianos llevaron sus restos hasta la zona del Cinaron, donde los quemaron en una pira.

Este fue el triste final de la primera filósofa reconocida en la historia. Cirilo consiguió sus objetivos e incluso poco después del asesinato de Hipatia, Orestes dejó su cargo (no se conocen los motivos, pero posiblemente fuese por miedo a correr la misma suerte).

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«Hipatia», imaginada por el pintor prerrafaelista inglés Charles William Mitchell (1885).

Los mitos románticos creados en torno a Hipatia por los autores del siglo XIX distan mucho de la realidad. Ni murió joven ni lo hizo directamente por ser pagana, sino por su papel clave una lucha de poder político y religioso de la ciudad. Tampoco con su muerte se acabó el paganismo ni la filosofía clásica, puesto que a finales del siglo VI, la Escuela de Alejandría todavía seguía activa con notable éxito y fama, al igual que continuaban en estas fechas las prácticas activas paganas.

La verdadera historia de Hipatia de AlejandríaRepresentación de Hipatia idealizada de 1908

Pese a todo esto, la vida de esta mujer sigue siendo y será digna de admiración y respeto, ya que superó los límites sociales de su época convirtiéndose en una afamada filósofa y sabia en un mundo de hombres.

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Como dato para concluir, mencionar que la famosa biblioteca de Alejandría desapareció en un momento incierto del siglo III o comienzos del IV, antes de naciera Hipatia, por tanto, la biblioteca expoliada en el año 391 fue la Bibliioteca-hija del Serapeo y no la archiconocida Biblioteca de Alejandría.


Fuentes:

wikipedia.net

Revista Más Allá de la Ciencia nº10-231

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Bibliografía ►
El pensante.com (octubre 23, 2009). La verdadera historia de Hipatia de Alejandría. Recuperado de https://elpensante.com/la-verdadera-historia-de-hipatia-de-alejandria/