Una de las leyendas más espantosas de México y Suramérica, es el cuento de la Llorona. Muchas versiones pululan por las décadas y los pueblos, pero esta vez traemos una de las versiones mexicanas más populares.
Una entidad tenebrosa
Se dice que esta entidad tenebrosa, en vida era una jovencita que emigró del campo a la ciudad, buscando cumplir sus sueños de estudiar y vestir trajes más refinados, así como obtener mucho dinero para así poder socorrer a su familia.
Tan pronto como arribó a la ciudad, en una casa de gente con grandes riquezas la aceptaron en un empleo de oficios varios. Al pasar de las semanas, se enamoró perdidamente del hijo mayor de esa familia, quien resultó dejándola embarazada pero ante la situación, decidió despedirla de aquel hogar y de su trabajo, abandonándola a su suerte en ese estado.
No tuvo más remedio que retornar a su casa e intentaba ocultar su estómago abultado con el delantal, pero al poco tiempo la descubrieron y como se trataban de personas muy devotas al cristianismo, a cada instante la recriminaban y condenaban por el error que había cometido, con aquel joven.
La angustia, frustración y desesperación se incrementaban en la muchacha y una noche, cuando caía un fuerte aguacero, comenzó a sentir los dolores de parto y se fue hacia un río totalmente llena de un terrible sufrimiento, para parir a su pequeño sin decir nada a sus familiares acusadores.
Un error que la ha mantenido penando
Tan pronto como nació, lo arrojó con gran furia al río. Pero unos segundos después, en cuanto pensó por un momento lo que había hecho, se lanzó también detrás de su hijo, emitiendo gritos desgarradores que quedaron registrados en el ambiente.
Dicen que se escuchan los alaridos exclamar: “¡Mi hijo, por qué maté a mi hijo!”. Hay quienes la han visto en noches de luna llena, cuando los rayos iluminan el agua de los ríos. Siempre anda buscando a su hijo.