La leyenda del hombre sonriente

El excéntrico individuo fue divisado primeramente, en Nueva Jersey, Estados Unidos, el día 16 de octubre del año 1966. Dos jóvenes fueron los primeros en notarlo, cuando transitaban por la cuarta avenida.

De repente, ser percataron de que cerca de ellos había una entidad muy rara; de tal modo que se acercaron más para curiosear y se encontraron con un homre calvo, alto y portaba un traje de metal, color verde fluorescente.

Tenía en el rostro una sonrisa perversa y aparentemente fingida, como una mueca demoniaca. Los miraba fijamente a tal punto donde los jóvenes quisieron huir del lugar. Sin embargo, aquel hombre los siguió por un tiempo, hasta perderlos de vista. Nunca se quitó la sonrisa macabra de su expresión.

La segunda vez que se registró la presencia de este individuo misterioso, fue el 2 de noviembre de ese mismo año 66, dos meses después de lo ocurrido en la cuarta avenida. Esta vez se presentó en Parkersbourg, Virginia occidental. Un conductor de camión se dirigía a su hogar en el momento, en que sintió el estruendo de lo que pareciera ser un acciente.

Se detuvo para corroborar la situación y en ese instante, vio que se acercaba una especie de vehículo nunca antes visto, con una forma de lámpara de queroseno, asegura el conductor perturbado. De esa especie de nave espacial, descendió el mismo personaje de la cuarta avenida, con su sonrisa macabra y su vestuario de película.

Pero esta vez el sujeto se identificó como Indrid Cold, ante el conductor del camión llamado Woodrow Deremberger. Le advirtió que no quería hacerle daño y que su única intención era estudiar más de cerca a la humanidad de este planeta. No obstante, nunca dejó a un lado su sonrisa desconcertante. Igualmente, le confesó que provenía de un planeta llamado «Lanulo», ubicado en la galaxia de «Ganímedes».

Otros registros que se tienen de las apariciones de este supuesto extraterrestre, se han presentado en Virginia Occidental, en la casa de una familia. Como el sujeto no borra su sonrisa pronunciada, ni un solo segundo, se vuelve algo terrorífico, dicen quienes lo han visto.

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