Papa Noel es un personaje conocido mundialmente. Su misión es darle regalos a los niños que se porten bien, en la noche de navidad. Se trata de un anciano gordo con un particular traje rojo con blanco. Se transporta en un trineo que es movido por 6 renos y esa es quizá, la historia que todos conocemos. Pero hay muchos datos que se ignoran por lo común, por eso ahora veamos «la verdadera historia de papá Noel».
El Sinterklass de los holandeses
Una versión de su origen, es que cuando los holandeses pisaron suelo americano en el siglo XVII, implementaron la creencia en un personaje llamado Sinterklass, que usaba un atuendo muy parecido al de los obispos. Llevaba una larga barba blanca, pero contrario a lo que muchos piensan, no era ningún santo.
San Nicolás
Algunos historiadores coinciden en que en realidad, se trata de San Nicolás, un hombre que en vida realizó mucho milagros. Uno de los más conocidos según narran las historias, ocurrió en Turquía, en donde se apiadó de una familia muy humilde. Un hombre lo había perdido todo y vivía con su esposa y tres hijas. Una de las soluciones a esa penosa situación era que alguna de sus hijas se dedicara a la prostitución, pero cierta noche, San Nicolás arrojó tres bolas de oro por la chimenea y las jóvenes no tuvieron que someterse a esas bochornosas actividades.
Un religioso agresivo pero bondadoso
Algunas fuentes aseguran que fue un religioso muy respetado y que por sus comportamientos violentos, fue destituido de la comunidad religiosa, pero a pesar de la ira con la que obligaba a los fieles a creer en todo lo que él decía, era muy generoso con los niños más necesitados y les regalaba obsequios.
El supuesto hombre violento, que golpeaba a los fieles, pero que le daba regalos a los más necesitados, es patrono en muchas zonas del mundo y sus anécdotas son tantas, que no se sabe a ciencia cierta cuál es la relación que tiene con papá Noel. Mientras que la reforma protestante prohibía todo tipo de celebraciones navideñas por considerarlas paganas, algunas personas no querían hacer caso y optaban por emborracharse y deambular por las calles. En Europa se mantuvieron las celebraciones tradicionales y años más tarde, fueron adoptadas por los neoyorquinos en el siglo XIX.
La idea de que «los niños debían portarse bien» surgió en principio como una estrategia para alejar a los borrachines de las calles y permitir la celebración en paz. Es decir, que en esa época quienes se tenían que portar bien eran los adultos.
Un invento de la industria
El santa Claus que conocemos hoy en día, fue una invención de Washington Irving, un poeta que resucitó al personaje holandés y le añadió algunas cosas a su relato. En esta ocasión, el hombre volaba sobre las casas y fumaba una pipa y mientras hacía su recorrido, dejaba regalos en las casa de los niños que se portaron bien durante el año. Los calcetines, la chimenea y todos los detalles de la ocasión, fueron inspirados por éste y otros escritores de cuentos infantiles.
Luego de esta exitosa idea, algunos magnates de la industria se lucraron con este personaje. Como por ejemplo Coca Cola, que al parecer es la compañía que más ganancias le ha sacado al anciano de la barba blanca. También hay quienes afirman que se trata de un judío de portentosa barba, con un vestuario empleado como emblema dentro de ciertas logias masónicas.
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