No cabe duda de que desde 1960, una nueva era se evidencia en el cambio de los tiempos. Por aquella época la onda hippie revolucionó la música, la juventud y otros aspectos de los cuales hoy notamos su desarrollo. Uno de esos detalles fue el uso masivo de LSD, calificada como una droga por las autoridades del mundo, pero para diversos campos se trata de una sustancia enigmática, interesante y poderosa que puede transformar incluso vidas de muchas maneras y hasta se ha creado una religión basada en el misterioso ácido. Presentamos: “La verdadera historia del LSD”:
Surgió de la industria farmacéutica
El LSD o ácido lisérgico, un alucinógeno capaz de modificar la Consciencia por unas horas y cambiar significativamente la experiencia de la realidad. Pero no es cualquier estimulante, sino un psicofármaco, que según la historia oficial fue descubierto por Albert Hoffman, un científico químico que laboraba para una multinacional farmacéutica llamada Sandoz, que supuestamente se encargaba de la extracción de componentes medicinales de las distintas plantas, para posteriormente producir fármacos que alivien distintas dolencias de enfermedades.
Curiosamente, el LSD no es el único fármaco que resultó convirtiéndose en una droga masiva e ilegal, sino también la heroína, la cocaína, el éxtasis, etc. Hoffman se enfocó en los alcaloides del cornezuelo de la planta del centeno, pues estimó que contribuían para diferentes usos hemostáticos en los partos, así como también a calmar fuertes migrañas. Pero en detalle a lo que apuntaba el científico judío de origen suizo, era al hongo que infectaba al cornezuelo, de nombre técnico: Claviceps purpurea, que en dosis mal usadas puede matar, así como sucedió en la Edad Media, cuando murieron miles de personas en graves intoxicaciones por ese hongo en las espigas que utilizaban para la fabricación del pan.
En medio de sus investigaciones, Hoffman tocó con su piel directamente el ácido lisérgico y cerca de media hora después, empezó a sentir mareo y un estado muy extraño, por lo que decidió dirigirse hacia su casa. El vehículo que empleaba para ir al trabajo era una bicicleta, así que pedaleando experimentaba un viaje psicodélico impresionante, pues dice haber visto colores increíbles, formas extrañas y cambiantes y una orquesta de sonidos con su correspondiente tonalidad lumínica y figura.
El trance se aumentó al pasar de las horas y percibía una danza de colores intensa, acompañada de una acentuada ansiedad y preocupación, en una concatenación de pensamientos de temor a perder su carrera, su familia y de haberse quedado loco. En un instante de cordura, pensó que debía tomar mucha leche para contrarrestar los efectos. Al amanecer se fue sintiendo muy reflexivo y feliz; los alimentos le sabían mejor que de costumbre y cuando salió al jardín, se quedó allí muchas horas extasiado por la naturaleza y sus detalles.
Estos relatos del mismo Hoffman también señalan que a partir de ese momento, en el año 1948, se había descubierto un químico muy poderoso con tan sólo una dosis mínima. Entonces, los experimentos con animales se desencadenaron en diversos laboratorios, llevando a la conclusión de que el ser humano soporta grandes dosis de lsd, a diferencia de los animales, pero aunque pueda que no muera sí podría quedar muy afectado psicológicamente y llegar hasta el suicidio. En seguida, los experimentos en la psiquiatría no demoraron y se explotó al máximo en diversos campos, como en la milicia estadounidense. Los psicoanalistas lo utilizaban para resolver traumas en sus pacientes y para profundizar el estado de hipnosis bajo el efecto.
Los testimonios hablando maravillas del LSD se acrecentaban por doquier. Unos decían que habían curado serios problemas en su personalidad, inconvenientes familiares, frigidez, rencores y otros males psicológicos, pero al mismo tiempo se cometían horribles crímenes bajo el influjo del químico. Los artistas fueron de los más encantados y en esa época del hipismo fue la sensación. Llegó a convertirse en el estupefaciente más consumido en América.
El mal viaje
Así se le conocen a los efectos negativos del LSD, pues estos varían según la dosis y el estado previo a la ingesta. Es una sustancia tan poderosa que con sólo tocarla, altera el organismo y la consciencia. Generalmente lo venden en gotas, dulces impregnados, pequeños cartoncitos, geles, bebidas, entre otros. Generalmente, en pocas cantidades produce euforia, alegría, concentración, lucidez y hasta genialidad, de acuerdo con algunos psicoanalistas. Pero en grandes cantidades ocasiona un estado de terror y sensación de invulnerabilidad. No se ha registrado ningún caso de muerte por sobredosis del ácido lisérgico, pero sí de individuos que han desarrollado psicosis, esquizofrenia y problemas en el comportamiento.
El lado oscuro del LSD
Diversas teorías de conspiración, coinciden en que esta sustancia alucinógena, primero fue utilizada por entidades militares estadounidenses, quienes presuntamente pretendían crear súper soldados, con alta inteligencia, resistencia, reflejos y otros dotes extranormales. Pero cuando los militares lo ingerían, perdían todo deseo por matar, hacer daño, o incluso portar un arma. Se llenaban de emociones bondadosas y un estado místico extraño. Por lo tanto, ese sería el motivo principal por el que las agencias gubernamentales de defensa decidieran descontinuar su uso e incluso, volverlo ilegal.
Una larga condena en prisión obtienen quienes son encontrados culpables de la producción y tráfico de LSD. Por otro lado, algunos han llegado a acusar a Hollywood y a organismos secretos del gobierno, de llevar a cabo un macabro procedimiento llamado “MK Ultra”, el cual consiste en re programar violentamente el subconsciente de artistas mundiales y políticos, así como de supuestos terroristas, manipulándolos a su antojo con el control mental, empleando grandes dosis de LSD.
Verdad o no, esta sustancia es ilegal en todos los países del mundo, aunque la medicina ha descubierto que en múltiples enfermedades, especialmente terminales, el ácido lisérgico es una cura y un alivio definitivo y miles de científicos han confesado usarlo, porque afirman que en dosis controladas y específicas, el cociente intelectual se eleva durante el viaje. No obstante, se debe tener en cuenta que otro de los grandes riesgos es que en el mercado negro, muchas veces no se vende LSD puro, sino otras sustancias con efectos similares y muy perjudiciales para la salud.
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