Palabras de un eminente científico
Stephen Hawking es mundialmente conocido no solo por sus grandes aportes a la física teórica, sino por su persistencia y su tenacidad al sobrevivir la enfermedad que lo aqueja desde su juventud. El hecho de haber pasado los últimos 50 años en una silla de ruedas no ha sido impedimento para convertirse en una de las más grandes mentes de los últimos tiempos.
Pero Hawking también es reconocido por sus declaraciones a veces polémicas, que algunos consideran un intento de llamar la atención mientras que otros consideran la declaración de verdades incómodas. Afirmaciones como la inexistencia del alma o de los agujeros negros (realmente propone un cambio en su funcionamiento y un “horizonte aparente” en reemplazo del “horizonte eventual” previamente aceptado) lo colocan a menudo bajo las cámaras y hacen de él una figura pública bastante más presente que muchos otros científicos destacables.
¿Qué tan cerca estamos de la catástrofe?
Recientemente, Hawking de nuevo ha aparecido en el centro del aparato mediático debido a sus advertencias con respecto al futuro de la humanidad. En vista de las condiciones actuales y del proceso de crecimiento desaforado que vive la humanidad (en términos más económicos que poblacionales, pues el crecimiento poblacional se ha ido ralentizando), Hawking afirma que la búsqueda de nuevos planetas habitables es una necesidad para la humanidad, que está condenada a perder, tarde o temprano, el único hogar de que dispone.
No es el único en pensar así. Un estudio reciente financiado por la NASA presenta un destino apocalíptico que habría de suceder en un futuro cercano de no modificar de manera radical nuestro consumo de recursos. La advertencia de Hawking, aunque semejante, le apunta al largo plazo y afirma que la humanidad es extremadamente vulnerable y que es muy poco probable que pueda sobrevivir el próximo milenio si no posee lugares alternativos donde pueda residir.
Lo que Hawking afirma, a grandes rasgos, es que el planeta es demasiado vulnerable a todo tipo de fenómenos, sean estos causados por el hombre o provenientes del espacio exterior. A largo plazo, el hombre tendrá que desarrollar la manera de construir una sociedad viable en el espacio o en otro planeta, así sea solo porque en unos cuantos billones de años el sol devorará a la tierra. Para Hawking es fundamental que la humanidad “no ponga sus huevos en una sola canasta”, pues esta canasta es frágil y en el largo plazo casi seguramente será destruida o terriblemente afectada por algún fenómeno catastrófico.
Hawking también habló del peligro que para la humanidad representaba el surgimiento de la Inteligencia Artificial. Si bien esta tecnología puede ayudar mucho a la producción y la calidad de vida humana en el corto plazo, si llega a desarrollarse a un punto en el que pueda auto – depurarse generará un proceso que superará con creces la evolución humana, poniendo en peligro nuestra viabilidad a mediano plazo y generando un posible enemigo por los recursos del planeta.
El último gran temor de Hawking es la posibilidad de un aniquilamiento militar. Debido a décadas de desarrollo tecnológico enfocado a la guerra, la posibilidad de que la existencia humana sea destruida por un holocausto nuclear, aunque menor que hace unas décadas, sigue siendo importante. Con un arsenal tan vasto, es muy probable que en los próximos mil años al menos una persona sea capaz, por los motivos que sea, de “apretar el botón rojo”.
Muchos acusan a Hawking de alarmista y creen que el futuro de la humanidad no es tan vulnerable como el afirma. Otros creen que hace lo correcto al advertirnos sobre las probabilidades de una catástrofe, ya sea a corto o largo plazo. ¿Qué opinas tú?
Fuente de imágenes: 1: cdn.images.express.co.uk; 2: i.telegraph.co.uk.