En algunas ocasiones las cosas no son tal como nuestros ojos nos muestran, y lo que a veces parece muy estable, guarda bajo su aparente sólida superficie una hondura imperceptible, donde podemos quedar atrapados para siempre, sin que nada previamente haya podido advertirnos del peligro al que nos aproximábamos.
Este parece ser el caso de lo que ocurre en Mount Blady, cerca del Lago Michigan, donde las dunas que conforman el paisaje han comenzado a comportarse de una forma extraña e inestable, haciendo que muchos de sus caminantes caigan en huecos, de donde es muy difícil rescatarlos.
Todo comenzó en 2013, cuando según reportaron los medios de comunicación estadounidenses, Nathan Woessner, de apenas 6 años, cayó en un hueco de tres metros de profundidad que no podía verse a simple vista, mientras se encontraba caminando con su familia en esta zona turística. En primer momento, sus padres trataron de hacer que Nathan saliera a la superficie, pero sólo consiguieron que la tierra se removiera, tapando al pequeño.
A la escena acudieron los equipos de emergencia, que en medio de la angustia por salvar la vida del niño –tal como reportaron algunos medios locales- comenzaron a excavar con sus propias manos, sin lograr remover la arena. Finalmente, tuvieron que buscar una excavadora, logrando desenterrar al niño, que tuvo que pasar dos semanas en el hospital recuperándose.
Desde entonces, las “dunas asesinas” como fueron bautizadas por la prensa local han sido protagonistas de muchas historias donde la gente cae en huecos imperceptibles en la superficie, quedando atrapados en ellos, y teniendo que ser rescatados por los cuerpos de emergencia.
Al parecer, los agujeros que salen en dunas ubicadas frente a las costas del lago Michigan no han podido ser del todo marcados en la superficie, a fin de advertir a los caminantes, debido a que –según una nota publicada por Russia Today- estos hoyos debajo de la superficie de la arena aparecen y desaparecen por sí solos, durando en algunos casos apenas un día.
El investigador Erin Argylan, adscrito al Departamento de Geociencias de la Universidad de Indiana, cree que este fenómeno está relacionado con el proceso de descomposición de los árboles que quedaron enterrados bajo las dunas, hace más de cien años, y que son estos restos vegetales los responsables de al menos 66 puntos anómalos detectados a través de un radar, en la superficie de las dunas, durante 2014.
No obstante, esa es apenas una hipótesis para poder explicar qué es lo que hace que en esta región de Michigan la arena de la superficie permanezca intacta en su sitio, mientras que la que está por debajo desaparezca, ofreciendo al caminante una verdadera trampa de arena, que amenaza con hacerlo desaparecer en medio de las Dunas Asesinas.
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Fuente de imágenes: actualidad.rt.com