Falo amorfo titánico
Las palabras en griego siempre quedan bien, aunque hay que admitir que el científico de turno que le puso el nombre a esta flor tampoco se calentó en exceso la cabeza; Amorphophallus titanum, que en castellano antiguo viene a ser “falo amorfo titánico”. Este es el curioso nombre de la que viene a ser la flor más grande del planeta y, ya de paso, la que peor huele.
Y sí, es muy grande, dicen que puede llegar a los 3 metros de altura y tener un ancho de hasta 1,5 metros. Vamos, que como para tenerla de centro de mesa, pues como que no.
La cosa es que la planta de donde brota la florecilla tiene una vida de unos cuarenta años, y durante toda su vida apenas florece tres o cuatro veces, de modo que no es sencillo encontrarla en plena naturaleza, aparte de que tendríamos que viajar hasta las densas y lejanas selvas de Sumatra.
El Falo amorfo titánico, con el que alguna podría soñar tenerlo en su habitación, tiene un pequeño problema. Y es que huele a carne podrida (la flor también es conocida como “flor cadáver”), técnica que utiliza la plantita para atraer a los insectos para la polinización y esas cositas… y es que no todo podía ser perfecto.
Pisándole los talones tenemos a la Rafflesia arnoldii, que crece también en los bosques del sudeste asiático. Esta florecilla puede llegar a pesar hasta 10 kilos, con pétalos de hasta medio metro de longitud. Bonita y colorida, pero con el mismo problema que la anterior, huele a carne podrida e incluso esta ha perfeccionado la técnica, ya que emite calor para confundir todavía más a los insectos.
Curioso ¿Verdad?
.
Fotos Google