Las «Islas Flotantes» de los Urus
Urbes acuáticas
En el capítulo pasado mencionamos ciudades erigidas sobre las aguas que se convirtieron en centros importantes y se adaptaron a la perpetua movilidad del recurso hídrico, aprovechándolo para su propio beneficio.
En este episodio seguiremos hablando de las poblaciones que han sabido adaptarse a las condiciones del agua y la han convertido en su más grande aliada.
Urus: los hombres del lago
Antecesores de los pobladores quechua y aymara de los andes peruano bolivianos, los “Urus” son un grupo indígena de piel morena caracterizado por su estrecha relación con los lagos que habitan. Hasta el momento los académicos no se ponen de acuerdo sobre su procedencia, que puede ser de pueblos polinesios o de los primeros pobladores de América.
En cualquier caso, los urus son reconocidos por sus famosas islas artificiales en las que habitan en el Lago Titicaca, principalmente en la Bahía de Puno. Las islas se construyen con Totoral, una hierba que crece en la laguna y cuya descomposición genera gases que permiten su alta flotabilidad.
El Totoral también se usa para la construcción de barcazas usadas para la pesca, principal actividad económica de estos pueblos (además, claro, del turismo). Las islas flotantes, según registros coloniales, ya existían en tiempos de la Conquista.
Ko panyi
Semejante a Ganvie, Ko Panyi es una población de pescadores en Tailandia que comenzaron a edificar sobre una serie de islotes en el Siglo XIX y con el tiempo edificaron sobre el océano. La isla, habitada con poco menos de 2.000 personas, es un importante destino turístico en Tailandia reconocido ante todo por la cancha de fútbol flotante que los jóvenes construyeron en el año 1986.
Kampong Ayer
Ubicada en el diminuto país de Brunei, Kampong Ayer resalta por su considerable tamaño (39.000 habitantes) que representa alrededor de un 10% de la población nacional.
Se trata de una sección de la capital del país edificada sobre el río Brunei, que tiene una larga historia de al menos 1.300 años de antigüedad. Pese a tener una apariencia pobre y alejada, las casas de madera de Kampong Ayer tienen en verdad muchas comodidades de la vida moderna y están muy bien adecuadas para brindar todas las comodidades.
El gobierno de Brunei, interesado en el bienestar de estos pobladores, ofrece casas de concreto en islas flotantes para los habitantes más desfavorecidos y ha construido escuelas, estaciones de policía y bomberos, clínicas y mezquitas sobre las aguas.
Kay Lar Ywa
Ubicada en Myanmar, en el remoto sudeste asiático, Kay Lar Ywa es una población verdaderamente magnífica que lleva el concepto de “gentes del agua” a un nuevo nivel.
Comparables quizás con los agricultores aztecas, los habitantes del lago Inle han convertido sus aguas en hogar de los llamados “jardines flotantes” de donde obtienen su sustento. Así mismo, las granjas de peces y la pesca artesanal brindan valiosas ganancias.
Quienes habitan en el lago, en el poblado de Kay Lar Ywa, viven en casas de bambú que sobresalen sobre las aguas. Sin embargo, las ciudades aledañas también tienen poblaciones sobre las aguas y se calcula que unas 100.000 personas viven o trabajan allí. En esta sociedad, incluso quienes viven en tierra pueden ser consideradas Gentes del Agua.
Bajau, los Nómadas del Mar
Herederos de las antiguas tradiciones de los polinesios, los Bajau, conocidos como “Gitanos del Mar”, llevan en su sangre las aguas más que ningún otro grupo sobre la Tierra.
Si los pueblos arriba mencionados se han adaptado al agua, los Bajau la han hecho el componente básico de su vida. No es que estén adaptados al agua. Es que no conocen la tierra.
Los pueblos Bajau viven en casas flotantes – en ocasiones en embarcaciones – y únicamente visitan la tierra para comprar víveres, combustible y partes para sus embarcaciones. Conocedores a profundidad de la diversidad marina, acostumbran a pescar a más de 20 metros de profundidad usando redes y arpones y basándose en su particularmente afilada vista bajo las aguas.
Habitantes de las cristalinas aguas del pacífico occidental, los Bajau comienzan a nadar en su más tierna infancia y aprenden a pescar desde los 8 años. Su nomadismo es tal que, en la actualidad, no pertenecen a los registros de ningún país.
La mayor parte son analfabetas, no conocen su edad y carecen de nacionalidad. Pese a que existe más de 1 millón de Bajau entre Filipinas, Malasia, Indonesia y Brunei, no se sabe con exactitud cuántos de entre ellos mantienen su estilo de vida tradicional. Es muy posible que este modo de vida se encuentre en peligro y desaparezca en el lapso de unas pocas generaciones.
Los Bajau no son los únicos nómadas del mar. En Malasia, los moken mantienen un estilo de vida semejante, en Indonesia, los Orang Laut también lo hacen. Todos son herederos de antiguas tradiciones polinesias, de los pueblos que aprendieron a vivir sobre las olas y colonizaron las más remotas islas del Pacífico. Sin embargo, con diferencia, los Bajau – a veces denominados Sama Bajau – son los más numerosos.
Curiosamente, estas personas suelen reventar sus tímpanos deliberadamente como una manera de evitar el dolor durante el buceo.
Parte 1
Fuente de imágenes: 1: agencias.lamula.pe, 2: shopswindows.com, 3: sintu.com, 4: pbase.com, 5: tekey.net