María Magdalena

El cristianismo actual la describe como una de las discípulas de Jesucristo, pero en los evangelios hallados a mitad del siglo XX en el Nag Hammadi, las escrituras milenarias mencionan que era nada más ni nada menos que la mismísima esposa de Jesús de Nazaret. Se cree que era una dama de una belleza superior a la normal. En el Evangelio de Felipe, por ejemplo, se dice varias veces que el maestro solía darle un beso en la boca con frecuencia.

Ana Bolena

Una mujer que describe la historia como demasiado atractiva y sensual. Se convirtió en la esposa de Enrique VIII, pero eso fue su perdición, ya que se le ofició un juicio en el cual se le condenó a la pena máxima. Las versiones de la época la describen con unos ojos negros intensos, una figura contorneada y delgada, con un cabello espectacular que siempre llevaba suelto.

Algunos testimonios contaban que no era tanto su belleza, sino una extraña magia que hacía que todo el mundo quedara encantado ante su presencia. Su piel tendía a ser morena y eso le daba un toque exótico para la cultura inglesa.

Friné

Una cortesana griega del año 350 a.C., que enamoró a miles de hombres, a todo aquel que la veía por primera vez. Praxíteles la hizo su amante y fue su inspiración para esculpir grandes obras de arte como la escultura de Afrodita. Por tanto compararla con esa deidad femenina, finalmente fue acusada del grave delito de impiedad, causal de la condena letal.

Salvó su vida gracias a que su abogado en una medida desesperada, le pidió que se desnudara frente a todos para mostrarle al mundo que una belleza tan suprema como con la que el universo la dotó, no podía ser lastimada ni con el pétalo de una rosa.

Virginia Oldoini

De origen italiano. Nació a mediados del siglo XIX, con un rostro de facciones bastante bellas, que sobresalía a simple vista entre las mujeres de ese entonces. Por eso se le conocía como “la mujer más bella del mundo”, o “la joya de Italia”, entre otros títulos.

Según narran las historias, sus entradas a bailes y eventos especiales era todo un espectáculo de fantasía. Sus vestidos eran sin igual y era tan impactante su presencia, que Napoleón III no pudo resistir y la convirtió en su amante. Su relación le sirvió de manera radical a la unificación italiana, ya que el emperador influenciado por ella, brindó su total apoyo a la causa.

Simonetta Vespucci

Le decían “la incomparable”, pues no había mujer que la igualara en porte, feminidad y belleza en su época. A sus 16 años causaba un furor impresionante en todo Florencia, por el año de 1475. No había hombre que no la tuviera en el máximo pedestal. Se ha escrito que fue la “mujer más bella del Renacimiento”. En poco tiempo, era la mujer más deseada de todo Europa.

Infortunadamente, cuando tenía 23 años de edad, falleció a causa de una letal tuberculosis. El gran artista Botticelli siempre estuvo perdidamente enamorado de ella y no pudo superar su deceso. Casi una década después, el artista presentó al mundo su cuadro más conocido: “el nacimiento de Venus”, en honor a su amada. Hasta el último día de vida, Botticelli la retrató y pidió ser velado a los pies de la tumba de la inolvidable Simonetta.

Helena de Troya

Esta mujer fue capaz de movilizar imperios que se enfrentaron a muerte sólo por ella. Se dice que llegó a ser la envidia de las Diosas del Olimpo. Todos los reyes de la Tierra la deseaban. Una de las guerras más famosas de la humanidad, se gestó a causa de sus amoríos.

María Antonieta

La gran monarca francesa. La moda le importaba mucho y su apariencia personal. Era catalogada como la mujer más bella y por eso cautivó a toda Francia. Cuentan las historias que su belleza sumada a su poder, la hacían casi invencible. Algunos historiadores dicen que pasó por muchos amantes.

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