Las fotografías de la sonda New Horizons
Hace poco más de 15 años se lanzó al espacio la sonda New Horizons, que se dirigía a Plutón con el objetivo de capturar las primeras imágenes de buena calidad de este pequeño planeta (o cuerpo planetario, dependiendo del criterio con el que se le juzgue). Se trataba de una misión especial orientada a estudiar el cuerpo más misterioso y alejado de nuestro sistema solar, ubicado casi en el umbral de influencia del sol (aquel lugar en el que dejamos de estar en “nuestra” región y pasamos al más allá).
Debido a su pequeño tamaño, menor incluso al de la luna terrestre, muchos astrónomos no esperaban mayor cosa de esta misión: «Yo pensaba que esta misión podía terminar siendo una de las más aburridas del mundo; que Plutón acabaría siendo como nuestra Luna o Mercurio, un planeta repleto de cráteres pero en el que no pasa nada», afirmó en una entrevista Nigel Henbest, un astrónomo de la Universidad de Leicester.
La luna, o Mercurio, se caracterizan por una superficie en la que no existen mayores fenómenos geológicos, por lo que se pueden ver miles de cráteres que han sido creados por meteoritos a lo largo de miles de millones de años. En planetas como la Tierra, la actividad volcánica da buena cuenta de estos cráteres en tiempos de miles de años, por lo que prácticamente ninguno de éstos es visible desde el espacio. Pero dentro de los planetas rocosos, incluso Marte parece haber perdido su vulcanismo, pues está lleno de cráteres y los últimos fenómenos geológicos importantes parecen tener al menos 1000 millones de años de antigüedad.
Las particularidades del planeta enano
Los astrónomos, entonces, esperaban que la superficie de Plutón estuviera llena de cráteres. Pero en lugar de ello descubrieron una geografía compleja, con montañas de más de 3 kilómetros de altura, grandes llanuras heladas y lo que parece ser rastros de calor interno. De acuerdo con los científicos, los procesos volcánicos y de reconfiguración de la superficie requieren de fuentes de calor (algo que las lunas de los planetas Júpiter y Saturno consiguen gracias a las grandes fuerzas gravitaciones de estos planetas).
Este proceso, conocido como “Marea de calor”, es posible en las lunas heladas de Júpiter y Saturno, pero no en un planeta aislado como Plutón, lo que indica que el calor debe provenir de otra parte. ¿Del interior, quizás?
Una serie de planicies congeladas, en la parte central del planeta, podría confirmar esta hipótesis. La imagen se muestra como una serie de polígonos de profundidad desconocida, quizá como rezago de un océano primitivo o incluso como la cobertura de agua aún líquida. Sin embargo, los científicos aclaran que no se precipitarán en las conclusiones y que están evaluando todas las hipótesis posibles.
La luna de Plutón, Caronte, también presenta ausencia de cráteres y presencia de fenómenos geológicos a gran escala (principalmente, una serie de acantilados mayores al Gran Cañón del Colorado en los Estados Unidos. En ambos casos, se trata de fenómenos completamente inesperados, e incluso insospechados en cuerpos planetarios de este tamaño.
Aunque muchos se muestran fascinados con la posibilidad de que esto permita el surgimiento de vida en estos planetas, lo cierto es que la sonda también detectó que la atmósfera de Plutón desaparece del planeta a un ritmo de 500 toneladas por hora como consecuencia del viento solar. Seguramente esto ha impedido la aparición de más materiales en la superficie.
En todo caso, Plutón ha llenado de asombro a los astrónomos, que se encontraron con una geografía compleja donde menos lo esperaban. ¿Qué otros misterios crees que podrían escondérsenos en nuestro propio vecindario: el Sistema Solar?
Fuente de imágenes: 1: ecoosfera.com, 2: 20minutos.es