La Guerra de Secesión
En el imaginario norteamericano pocos eventos son más importantes que la Guerra de Secesión, que enfrentó al norte Federado con el sur Confederado y labró la imagen de lo que serían los Estados Unidos modernos. Aunque poco conocida en el resto del mundo, esta confrontación fue básica en la conformación del gigante norteamericano.
Durante la Guerra de Secesión se enfrentaron dos modelos de país. Uno, en el norte, estaba avanzando rápidamente en términos industriales, basaba su economía en una clase de pequeños propietarios y parecía a punto de alcanzar a las grandes potencias europeas: Inglaterra, Francia y Alemania. El otro, ubicado en el sur, basaba su existencia en gigantescas plantaciones de algodón que alimentaban las fábricas inglesas y dependían ante todo de mano de obra esclava. Se asemejaba mucho más a las colonias inglesas esclavistas del Caribe, o a regiones del Brasil, que a su hermano del norte.
La Guerra tuvo como detonante precisamente el asunto de la esclavitud, que desde el norte fue abolida para desgracia de los grandes hacendados sureños. Fue entonces que ellos – moralmente culpables ante la Historia – decidieron aplicar su derecho de Secesión, consagrado en la constitución norteamericana y que fue desoído por los estados del norte. Así, la situación rápidamente escaló en Guerra.
Pese a su innegable tradición militar, que los colocaba en ventaja frente al norte, los Confederados tenían menos hombres, una capacidad industrial prácticamente nula y una población que era menos del 20% del total nacional. Su ejército, más grande y mejor preparado al principio, comenzó a perder terreno poco tiempo después.
El tesoro confederado
En mayo de 1861 Jefferson Davis, Presidente de los Estados Confederados, decidió trasladar la capital de Montgomery (Alabama) a Richmond (Virginia) con el fin de aumentar la moral de las tropas y de tener una base cerca del frente. En 1865 quedó claro que aquella fue una pésima decisión y los Confederados tuvieron que abandonar su capital a toda prisa frente al imparable avance de las tropas federadas.
El 2 de junio de 1865 Davis recibió mensajes del frente que indicaban que la línea defensiva comandada por el General Lee había sido superada. La evacuación de Richmond era inminente y de inmediato dio órdenes para el escape del tesoro, que se supone podría financiar un nuevo ejército y quizás permitiría el repunte de la Confederación. Otros dicen que Davis, más pragmático, solo esperaba que los Federados no pudieran usarlo para su propio beneficio.
En cualquier caso el tesoro se colocó en los vagones de la única línea férrea disponible, camino a Danville, y de allí se desmontó y se comenzó a cargar a caballo, pero fue capturado hacia las cercanías de Washington, Georgia, en donde las tropas de la Federación lo enviaron a la capital del norte.
El ejército del Sur, mejor entrenado, fue derrotado por la simple fuerza numérica e industrial del norte
Es entonces que el tesoro desaparece de las fuentes estadounidenses. Camino a Washington D. C. el tesoro habría sido capturado y saqueado por tropas desconocidas, según algunos pertenecientes a los confederados y según otros a grupos disidentes de ambos bandos. Mientras pasaba por el Condado de Wilkes, el tren fue atacado y el tesoro desapareció.
Surge la Leyenda
La desaparición de millones de dólares en oro y plata nunca es un asunto que pase desapercibido, y desde el final mismo de la Guerra muchos en Estados Unidos comenzaron a preguntarse el destino del dinero y el destino que podría haber tenido. La Leyenda del Tesoro Confederado comenzó a motivar la avaricia de cientos y la curiosidad de miles y pronto habían grandes colectivos en su incesante búsqueda. Al final, sin embargo, nadie pudo dar con él… o no que sepamos, al menos.
Pero conforme pasaba el tiempo algunas historias interesantes comenzaron a surgir. Veamos algunas de ellas:
Inversión Social
De acuerdo con varias fuentes, personas notables con intereses filantrópicos habrían dado con el Tesoro y antes que usarlo para su beneficio lo habrían guardado para la reconstrucción del Sur, y en particular para garantizar el bienestar de los soldados y sus hijos, muchos de los cuales habían quedado en la ruina. En este caso tiene particular importancia el nombre de Goertner Mumford Parkhurs – Mrs. Gertrude – quien habría organizado el dinero en becas, escuelas y en general inversión en los pobladores más afectados por la Guerra. En efecto, en los años posteriores al conflicto surgieron grandes obras y donaciones cuyos fondos jamás estuvieron del todo claros.
Ladrones
Otros afirman que el tesoro habría sido robado, ya fuese por muchos pequeños ladrones que saquearon el tren o por algunos miembros prominentes de la clase dominante sureña. Una versión moderada de esta teoría afirma que el dinero habría sido repartido entre los líderes políticos y militares y los soldados que se mantuvieron leales hasta el final con instrucciones de gastarlo como mejor consideraran, pero siempre en beneficio del sur.
Jefferson Davis, presidente de los Estados Confederados y uno de los que habría conocido el destino final del Tesoro
El Tesoro Perdido
Aquí comienzan las leyendas más interesantes. De acuerdo con varios relatos, muchos de los desertores que saquearon el tesoro habrían notado que eran demasiadas riquezas para cargarlas y las habrían enterrado en las cercanías. Muchos habrían sido capturados o habrían huido en medio del caos y el tesoro habría quedado allí.
Según otras versiones, un tesoro robado con más organización se habría hundido en regiones de los Grandes Lagos o del Mississippi, y permanecería allí escondido esperando que alguien lo encontrara.
Pero hay versiones que hablan de una Conspiración organizada que tendría el tesoro escondido para usarlo en una nueva Revolución sureña. Durante las últimas décadas del Siglo XX dicho escenario fue en verdad posible y no cabe duda de que un tesoro habría sido un gran avance a la hora de crear un ejército rápidamente.
Los Caballeros del Círculo Dorado
El culmen de esta teoría habla de una supuesta sociedad secreta llamada Los Caballeros del Círculo Dorado que estaría encargada de la custodia del Tesoro con miras a una futura rebelión, cuando las condiciones fueran indicadas. Aunque en la actualidad dicho momento parece estar más lejos de nunca, en su momento esta leyenda tuvo una importancia considerable.
En cualquier caso, aunque desconocida en el resto del mundo, la leyenda del Tesoro Confederado es muy popular en los Estados Unidos y al día de hoy sigue inspirando la imaginación de miles y la audacia de uno que otro cazador de tesoros.
Fuente de imágenes: 1: coinlink.com, 2: libertyunyielding.com, 3: nps.gov