Los cuentos de los hermanos Grimm a los que estamos acostumbrados
Origen de las famosas historias
Desde pequeños en la televisión vemos por las mañanas los cuentos animados de los Hermanos Grimm, y muchos de nosotros hasta aprendimos a leer con las famosas historias de Hansel y Gretel, Purgarcito, Blanca Nieves y Barba azul. Lo que muchos no sabemos es que estas historias tienen de hecho cientos de años y son una muestra de los relatos de la Francia Medieval.
Los hermanos Grimm tomaron estos relatos de una amiga y vecina llamada Jeannete Hassenpflug, que a su vez los escuchó de los labios de su madre. Ella por su parte los leyó de los cuentos tradicionales que se escribieron por primera vez en el siglo XVII: los famosos cuentos de Charles Perrault y Marie Catherine d’Aulnoy. Ellos escribieron estos cuentos de la tradición oral campesina, pero le hicieron ciertos retoques para que no fueran tan violentos o deprimentes y para que pudieran ser vendidos más fácil entre la población cortesana.
El tomo que compone los cuentos que recopiló Perroult es conocido como “Los cuentos de Mama Oca”, aquí retrata la curiosa vida que llevaban los campesinos y la ironía del destino humano en las circunstancias que atravesaban en su cotidianidad. Los campesinos solían narrar estas historias entre ellos y dichas narraciones iban acompañadas de sonidos y tonos para expresar el hilo de la historia, como no tenían tradición de lectura y escritura, la verdadera riqueza la encontraban en el cuento oral.
Las verdaderas historias “clásicas”
La tradición popular de los cuentos fue suprimida por los hermanos Grimm en la segunda edición de sus obras: se enfocaron en que dichas historias tuviesen un final feliz para que los niños pudieran disfrutar de ellas sin perder la inocencia, aunque agregaron mucha fantasía para generar trama. Pues los campesinos no tenían ningún tabú para hablar de cosas macabras en sus historias y no les importaba que al final los buenos padecieran.
En una recopilación oral realizada por folcloristas del siglo XIX (personas que investigan sobre la memoria no escrita de los pueblos), y rescatada en parte por el historiador Robert Darton en su ensayo “El significado de Mamá Oca”, evidenciaron la pesadilla de las historias: en la Bella Durmiente, la princesa es violada repetidas veces por el Príncipe Encantador y tiene varios hijos de él sin despertar, finalmente despierta pero porque es mordida por los bebes que se alimentan de ella.
En la Cenicienta, los campesinos se fijaban en los detalles macabros para expresar como la malvada madrastra, en un intento por matar a Cenicienta, empuja por error una de sus hijas que muere ardiendo en el horno.
También la versión de Hansel y Gretel cambia, allí la peripecia de Hansel obliga a que un ogro degüelle por error sus propios hijos. Pero en uno de los cuentos que ni siquiera los hermanos Grimm lograron reformar, una madre cocina a su hijo para dárselo de comer a su esposo, lo envía con su hija y al final el padre viola a la muchacha repetidas veces. Cabe recordar que estos cuentos no iban referenciados a un público infantil.
Estos cuentos tienen mucha cotidianidad, lugares comunes, como la cocina, la aldea y los caminos. Los campesinos franceses no intentaban inventar nuevos mundos y es muy usual ver a los ogros discutiendo por comida o incluso se ve implícitamente el papel del ogro llevando comida a la casa. Todo esto hace parte del contexto de la época en que los hombres de la casa tienen que llevar comida.
La ridícula violencia de personas psicópatas como Barba Azul que tiene una habitación llena de ex esposas muertas o los lobos que buscan personas para asesinar hacía parte de la cotidianidad, como ya vimos, pero lo más aterrador es que ellos no consideraban esas cosas de manera negativa, el porvenir de ellos era así y la pobreza hacía que se pronunciaran estos hechos hasta en su realidad imaginaria.
Interpretaciones actuales sobre los cuentos
El reconocido psicoanalista Bruno Bettelheim, en un intento por acercarse al sentido oculto de los cuentos y para darle mayor relevancia a su campo de investigación, analizó el cuento de “Caperucita roja” para probar el complejo de Edipo en la sociedad occidental.
Su análisis del cuento dice que el momento en que Caperucita deja a su madre para ir por su abuela, es cuando la niña trata de dejar los valores de la casa, adentrarse al bosque y su encuentro con el lobo, es la maraña de la literatura psicoanalista para que la niña encuentre a su padre (el lobo) y se enamore de él, el acto consumado es cuando el lobo se come a la niña, pero ella es rescatada por la represión, que es simbolizada por el leñador que la salva.
Claramente este análisis es desestimado por los analistas que si intentan comprender los cuentos desde sus contextos históricos y espaciales. A diferencia de los psicoanalistas a quienes sólo les importa aclarar sus teorías, los folcloristas y los historiadores culturales buscan analizar estas historias según el contexto en que las personas lo vivieron, así lograron hallar la violencia común y la miseria campesina de la Edad Media.
Ellos evidencian que donde los cuentos alemanes tienen un tono de fantasía, los franceses tienen una nota doméstica. Pero lo doméstico en los cuentos franceses es algo violento y atroz, la vida de los campesinos no fue nada fácil y las descripciones sobre estupro, canibalismo, asesinatos, demencia, peligro y un gran etcétera, fueron parte de la cotidianidad de ellos.
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