Existe un texto apócrifo intitulado “La caverna de los tesoros” y traducido al español por Andreas Faber-Káiser, un hombre nacido en Barcelona y con nacionalidad alemana, quien fue un importante ufólogo y un experto en todo el sentido de la palabra, con todo lo relacionado con la búsqueda de misterios, de la vida, del origen de la especie y civilizaciones perdidas.

Faber viajó alrededor del mundo en busca de respuestas y publicó una versión del origen de “los hijos de Dios”, la cual afirma que supuestamente son seres humanos de una estirpe distinta, creada por Satanás.

Gracias a estas traducciones y a estas investigaciones, se pudo suponer que antiguamente hubo una raza humana con una altura extraordinaria y capacidades asombrosas, que no era bien vista por Yahvé, quien decidió exterminarla. Estos seres fueron el resultado de la cohabitación de los “ hijos de los dioses” con “las hijas de los hombres”.

Citando un pasaje bíblico: “En aquel tiempo había gigantes sobre la tierra: porque después de que los hijos de Dios se juntaron con la hijas de los hombres y ellas concibieron, salieron a la luz estos valientes del tiempo antiguo” (Genesis 6, 4-5).

Hay estudiosos del tema que afirman que los gigantes bien podrían ser el resultado de un cruce genético con extraterrestres. Eso no se sabe, pero lo que sí es absolutamente cierto, es que existen textos antiquísimos que confirman su paso por este planeta.

Y no solo la biblia hace referencia de estos extraños seres: la mitología griega, la mitología nórdica, inclusive, en pueblos prehispánicos, también han tenido protagonismo estos seres, que en ocasiones son descritos como seres hermosos y en otras como seres terriblemente terroríficos.

En la mayoría de las mitologías, se confirma la lucha entre los gigantes y el poder divino.

Versión de video: Los gigantes de la Biblia ¿extraterrestres, ángeles, hombres?