Marco Polo
Pocos nombres han resistido, incólumes, el paso de la Historia, mejor que Marco Polo. El legendario explorador veneciano que rompió las fronteras europeas y llegó a servir al mismísimo Kublai Khan, emperador de la poderosa China, es uno de los personajes más reconocidos de la Edad Media (o, si nos vamos a ello, de todas las edades).
Quizás este sujeto merezca un artículo propio (él y sus Viajes), pero no es este el objetivo del artículo de hoy. Se trata más bien de profundizar en los relatos que el autor contó sobre las lejanas tierras del Oriente, y en particular de una temible bestia que mencionó y que al día de hoy no sabemos bien de qué se trata.
El monstruo de Carajan
El relato de Marco Polo describe una criatura temible en China, en la región sur de Yunnan y, específicamente, en la provincia de Carajan. De acuerdo con el viajero
En esta provincia se encuentran serpientes de tamaño tal que producen terror en cualquiera que las vea, y de carácter tan horripilante que el simple hecho de saber de su existencia maravilla a quienes oyen de ellas. Puedo asegurar que algunas superan los 10 pasos de longitud, algunas por mucho, otras miden un poco menos. Cuando se contraen parecen un gran barril, pues las más grandes miden casi 10 palmas de circunferencia. Tienen dos “patas” cerca de la cabeza, pero en vez de pies una especie de garra semejante a aquella de un halcón o un león. La cabeza es grande, siendo los ojos mayores que un gran trozo de pan. La boca es larga, suficiente para tragarse un hombre entero, y tiene muchos dientes grandes y afilados.
El monstruo, entonces, parece haber sido una especie de híbrido entre una anaconda (que por cierto es nativa de América, no de Asia) y un poderoso cocodrilo. Pero Marco Polo no se contenta con este relato y prosigue:
Se capturan de la siguiente manera. Ha de saberse que de día viven bajo la tierra por el potente calor, y en la noche salen a alimentarse y devorar cualquier animal que puedan atrapar. También marchan a beber de los ríos, los lagos y las fuentes. Y su peso es tal que cuando viajan en búsqueda de comida o alimento, ya que lo hacen de noche, su cola hace un gran agujero en el suelo como si una tonelada de licor hubiese sido arrastrada por allí.
La captura del monstruo
Hasta el momento el relato es un tanto fantástico, pero puede justificarse por el hecho de que el mundo estaba lleno de este tipo de leyendas en este periodo. Sin embargo, los relatos de la cacería (de la que dice haber sido testigo directo) ya son más difíciles de explicar:
Ahora, los cazadores que los persiguen siguiendo el trazo de la serpiente saben que volverá por el mismo camino. Plantan una estaca profundo en el suelo y amarran en la punta una cuchilla afilada de acero… y luego cubren todo con arena de modo que la serpiente no pueda ver lo que hay allí. Al volver, la bestia se golpea con la estaca con tal fuerza que entra su pecho y la atraviesa hasta el ombligo, de modo que muere en el lugar.
Marco Polo prosigue su relato indicando que la muerte del monstruo es un momento de gran alborozo para los cazadores, pues su carne tiene muchísimo valor y de su vejiga se saca una poderosa medicina que puede curar la mordedura de un perro rabioso o salvar a las mujeres que están sufriendo en medio del parto.
¿Qué es el monstruo de Carajan?
Si bien ha habido bastante debate sobre el llamado “Monstruo de Carajan”, muchos consideran que se trata nada más y nada menos que del Cocodrilo de agua salada, que puede alcanzar grandes tamaños. El problema, claro, es que estos cocodrilos no habitan en esta región (a lo sumo llegan a las costas de India, a más de 1.000 kilómetros) y no tienen ninguno de los hábitos arriba señalados.
¿Se tratará entonces de un pariente cercano? ¿Un reptil antediluviano que terminó por desaparecer a causa de la caza, años antes de que pudiésemos tener registros de él?
Es posible, claro. Pero no lo sabemos y seguramente no lo sabremos nunca.
Imágenes: 1: history.com, 2: genesispark.com