La ciencia ha mostrado el caso de personas clínicamente muertas que vuelven a la vida y, dentro del cristianismo, son célebres la resurrección de Lázaro y del propio Jesús. Así mismo, en la mitología existen prodigios de dioses y semidioses que logran resucitar de las formas más increíbles.
El milagro de resucitar muertos
Y parece que todo ello, sumado a una fama de obrar prodigios, llevó a Muhammad Sabir, un hombre pakistaní, a preparar el máximo prodigio de su vida: resucitar a un hombre muerto.
Un acto demencial
Para ello solicitó la participación de un voluntario, y el mismo no tardó en aparecer de entre el prominente séquito que seguía y admiraba al clérigo. Se trataba de Muhammad Niaz, un hombre de cuarenta años, casado y padre de seis hijos. Posterior a ello el líder religioso procedió a atar al hombre de manos y de pies sobre una mesa, luego tomó un cuchillo y le atravesó la garganta.
El final trágico
Una vez que murió o en vísperas de ello, pronunció las palabras que, según creía, lo devolverían a la vida pero, para sorpresa de todos, no sucedió nada en absoluto. Algún asistente incrédulo había dado aviso previo a la policía, pero la misma se tardó lo suficiente como para no poder impedir el asesinato. Tras su acto fallido el clérigo trató de darse a la fuga pero fue capturado y procesado por homicidio.
En defensa del clérigo
La hermana del hombre fallecido, sin embargo, no se mostró ni triste ni rencorosa con el líder religioso y manifestó que su hermano ahora estaba en el cielo y que sería recompensado por su fe y fidelidad en Muhammad Sabir. Así mismo se mostró en desacuerdo con la captura del clérigo pues argumenta que su hermano se había ofrecido voluntariamente.
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