El paciente
El suceso ocurrió en Irlanda en el mes de febrero del año presente. Un paciente de 84 años (cuya identidad no fue revelada por asuntos de confidencialidad) se presentó a la sala de emergencias con síntomas asociados a problemas motores, malestar general, debilidad en la mitad izquierda del cuerpo y contusiones por varias caídas producto de los síntomas antes mencionados. Si bien el caso era interesante, ningún médico pensó que se tratara de algo grave, pues son síntomas muy comunes en las personas de avanzada.
Sin embargo, el sujeto no fumaba, tomaba poco, tenían niveles normales en la sangre, y como tal parecía un paciente bastante saludable. Además, no presentaba problemas motrices en la cara o indicios de trastornos mentales, vivía de manera independiente y tenía un estilo de vida saludable. Esto significaba que no dio ninguna razón lógica por la que tuviera síntomas como los que estaba presentando.
Los exámenes en el cráneo
Cuando quedó claro que no había una respuesta sencilla para darles el paciente los médicos se decidieron por indicarle la realización de exámenes: específicamente una tomografía computarizada y una resonancia magnética.
Cuando los médicos recibieron los resultados quedaron perplejos. Gran parte del lóbulo derecho del cerebro del individuo aparecía en estos exámenes como una mancha negra. No había tejidos, no había fluidos, el espacio simplemente parecía estar vacío.
La primera hipótesis de los doctores fue que el hombre había olvidado indicar alguna condición previa, o la existencia de cirugías cerebrales. Pero el hombre insistió en que jamás había tenido problemas en el cerebro y mucho menos uno que implicara realizar una cirugía.
Asimismo, el espacio lleno de aire en el cráneo era verdaderamente titánico. Generalmente esto sacos de aire suelen tener menos de un centímetro de diámetro, pero en este caso el saco tenía casi nueve centímetros en su lado más largo. Los doctores tuvieron que esforzarse bastante para determinar qué situación podría haber generado un saco de aire de tamaña magnitud.
El tumor cerebral
El que dio con el truco fue el Doctor Finlay Brown, quien detectó un tumor cerebral ubicado en la parte inferior del cerebro, en la parte en la que el tejido se conecta con la nariz y los ojos. Dicho tumor, por obra de un azar extremadamente improbable, se habría ubicado justo a sobre el tejido que separa el canal de la nariz de la cavidad cerebral, y se ha convertido en una especie de “válvula de un solo sentido”. De acuerdo con el Dr. Brown cada vez que el paciente estornudaba, tosía o incluso carraspeaba presionaba pequeñas cantidades de aire en su cráneo, las cuales no podían volver a salir por efecto del mismo tumor que sellaba el espacio.
La presión en el cráneo habría causado los problemas de salud del paciente. Sin embargo, aunque se le ofreció una cirugía para extraer el aire (y de paso sacarle el tumor) el paciente declinó y prefirió recibir tratamiento paliativo, ya que una cirugía aún era tan avanzada que involucre la apertura del cráneo podría tener efectos negativos, abrir la puerta a infecciones o sencillamente desestabilizar al paciente.
Fuentes:
- https://www.scmp.com/news/world/europe/article/2136923/doctors-find-giant-air-pocket-where-part-mans-brain-should-be?utm_source=quora
Imágenes: cnn.com