Seguramente la fotografía más célebre de «Antares de la Luz»
La Profecía
Hace poco hablábamos en este mismo portal de “La Profecía” (y la supuesta maldición que llevaba consigo). Esta película, tremendamente popular, habla en esencia de la inevitable llegada del Anticristo a nuestro mundo.
Para muchos, la película fue una verdadera advertencia de los tiempos aciagos por venir. Y como siempre, demostrándonos que la realidad es más impresionante de la ficción, un grupo en Chile habría realizado un sacrificio ritual para evitar que la víctima – es decir, el Anticristo – pudiera llegar a nuestro mundo.
Ramón Castillo Gaete
Bautizado Ramón Castillo Gaete, quien habría de conocerse como Antares de la Luz nació el 20 de diciembre de 1977 en Santiago de Chile, como el hijo menor de una madre soltera. Tras una juventud por lo demás normal, se graduó de Pedagogía en Música en la Universidad Metropolitana en Ciencias de la Educación.
Ya en su juventud comenzó a interesarse por la meditación, el vegetarianismo y en general la espiritualidad característica de Oriente. Sin embargo, no sería hasta el año 2005 que se obsesionara con el tema y lo convirtiera en parte de su cotidianidad.
En efecto, aquel año recibió asesoría de una tía para evitar prestar el servicio militar aparentando problemas psicológicos. Al presentarse ante el ejército mostró una mirada fija, una aparente abstracción del mundo y un interés desmesurado en las armas de fuego que incluso llegó a tocar sin la autorización de los soldados. Esta actitud infantil y abstraída le valió ser considerado no apto para prestar el Servicio.
Antares de la Luz
Sin embargo, parece ser que algo cambió aquel día. De acuerdo con sus familiares, pasó de ser una persona ordinaria a comportarse extraño continuamente. Como si otro “yo” se hubiese apoderado de su ser, replicó una y otra vez este comportamiento, se vinculó a grupos marginales y comenzó a interesarse más y más en la medicina oriental.
En diciembre del año 2006, en un viaje a China, tuvo una revelación espiritual que lo llevó a identificarse con Antares, la estrella más brillante de la constelación del Escorpión. De allí surgiría su nuevo nombre, Antares de la Luz.
La fotografía de Antares de la Luz publicada por las autoridades cuando lo estaban buscando
Con el tiempo, Antares de la Luz destruiría y absorbería lo que quedaba del antiguo Ramón Castillo Gaete. Comenzaría a obsesionarse con el tema de los extraterrestres y se concentraría, cada vez más, en el papel del año 2012 como un portal a un nuevo mundo. Su carácter, otrora apacible, comenzaría a volverse más y más autoritario, y eventualmente rompería relaciones con su familia, con sus amigos e incluso con su banda, que había sido su compañía más importante por un tiempo muy largo.
Sería entonces cuando Antares de la Luz comenzara un nuevo periodo en su vida. Uno que involucraba fundar una religión.
La Secta de Colliguay
Todo comenzó de manera inocente, con un grupo de sanación que usaba las técnicas aprendidas por Ramón Castillo (cuando todavía era Ramón Castillo) en la lejana China. Originalmente pequeño y concentrado en Santiago, el grupo pronto crecería a medida que se mudaba varias veces de localidad. A partir del 2011, ya con cierta estabilidad, se reunirían en la Región de Valparaíso (puntualmente hablando, en Mantagua).
No se conoce con exactitud el proceso por el cual la secta fue tomando forma. Parece ser que Antares de la Luz, embriagado por el poder que tenía sobre otras personas, comenzó a considerarse un verdadero Dios en la Tierra, capaz de predecir el futuro y de guiar a los demás en los duros tiempos por venir.
Para el año 2011 el grupo ya está completamente transformado: ahora se dedicaba a las lecturas bíblicas, al sacrificio de animales… y al sexo entre Antares y todas las mujeres de la secta. Para entonces, ya había tomado forma la profecía del 2012 que establecía que el 21 de diciembre de aquel año (último día del decimotercer baktún del calendario maya) sería el fin del mundo.
Francisca Ceroni, una de las seguidoras de Antares y la última persona en haberlo visto con vida
El Anticristo
Pero no solo eso. El fin del mundo vendría acompañado por la llegada a nuestra tierra de un ser verdaderamente maligno: el Anticristo. Y de acuerdo con Antares de la Luz, el Anticristo sería su hijo.
En efecto, el 21 de noviembre de 2012 Natalia Guerra, una de sus seguidoras, dio a luz a un pequeño. Antares se presentó a la clínica, donde recogió a ambos – hijo y mujer – y los llevó de vuelta al lugar de la secta. Allí comenzó a preparar el sacrificio.
Con apenas 3 días de edad, el pequeño habría sido asesinado en un “rito de purificación” que consistió, básicamente, en colocarlo en una hoguera mientras toda la secta bebía ayahuasca. El pequeño fue atado y su boca se cerró para evitar que gritara.
Tras el sacrificio, la secta se quedó en su lugar esperando la inevitable llegada del 21 de diciembre y el fin del mundo… algo que como todos sabemos nunca llegó. Y entonces empezaron los problemas.
Natalia Guerra, madre del infante asesinado, declarando ante la justicia chilena
Escape y muerte
Varios de los seguidores comenzaron a dudar de la fiabilidad de Antares de la Luz y dos de ellos se separaron de la secta y acudieron a las autoridades. Pronto, la policía capturó a todos los integrantes excepto Antares, que entonces tenía un paradero desconocido.
Una vez alertadas, las autoridades de Perú y Ecuador comenzaron a buscarlo. Eventualmente encontraron su cadáver, ahorcado en una casa de Cusco (Perú). Se presume que se quitó la vida al sentirse acorralado por las autoridades de aquel país.
Al final, el mundo terminó para Antares. Precisamente aquel 21 de diciembre de 2012 cuando su castillo de naipes se derrumbó.
Fuente de imágenes: 1: radio.uchile.cl, 2: lacuarta.com, 3: soychile.cl, 4: penquistacl.wordpress.com