La extinción más famosa de todos los tiempos El fin del mundo de los dinosaurios
La última extinción de nuestra lista es también la más célebre. Se conoce comúnmente como la “Extinción del Cretácico – Paleoceno” o del “Cretácico – Terciario” y acabó con la existencia de los dinosaurios, los cuales son las criaturas prehistóricas más famosas de todos los tiempos. Tras la era de los dinosaurios llegaría aquella conocida como era terciaria o “Cenozoico”, que traduce “vida moderna”, razón por la cual la extinción recibe este nombre. Sin embargo, antes de trabajar puntualmente el asunto de la extinción cretácica analicemos un poco el mundo en el que florecieron estos magníficos animales.
Como mencionaba en el artículo anterior, la época de los dinosaurios se caracterizó por unas temperaturas considerablemente superiores a las actuales así como por la separación del continente gigante (Pangea) en dos supercontinentes más pequeños (pero aun así masivos de acuerdo con los estándares del planeta hoy día). Muchos piensan que los dinosaurios de alguna manera “fallaron” al extinguirse, pero realmente habitaron la tierra por más de 150 millones de años. En comparación, los mamíferos apenas si llevamos unos 65.
Una nueva era
La extinción del Cretácico – Terciario fue significativamente más grave que la extinción previa del Triásico – Jurásico, pero su nivel no se acerca al de las extinciones anteriores (y particularmente la del Pérmico). Los animales supervivientes (principalmente aves y mamíferos) colonizaron rápidamente los nichos que los dinosaurios habían dejado atrás. En conjunto, el 75% de las especies sobre la tierra perecieron, siendo los más célebres los grupos de reptiles gigantes que habían dominado por millones de años los cielos, los mares y la superficie terrestre.
Las posibles causas
¿Qué causó la extinción del Cretácico – Terciario? Al igual que en los casos anteriores, no se sabe con seguridad pero existen varias hipótesis que explicarían el fenómeno:
Enfriamiento global: paso de una tierra de invernadero a una tierra de estaciones heladas
En primer lugar, durante los últimos años del Cretácico habría ocurrido una constante disminución de la temperatura terrestre que en ocasiones se cree que pudo haber sido de hasta 10 °C. Esta disminución, al ser gradual (seguramente tardó alrededor de 30 millones de años) no significó una extinción por sí misma, pero si redujo el nivel del mar y, con ello, los ecosistemas marinos perdieron gran parte de sus plataformas continentales, donde habitaba la mayor parte de la vida. Esta disminución de la temperatura a veces se debate, y para explicar el descenso en el nivel del mar otras teorías le apuntan a un fenómeno geológico que llevaría a que los mares se “hundieran” bajo su propio peso.
El aumento de los volcanes
Así mismo, los finales del periodo Cretácico se caracterizaron por un aumento inusitado en la actividad volcánica. Este aumento podría haber llevado a una inicial disminución de las temperaturas (por efecto del invierno volcánico) para después llevar a un aumento de las mismas por el efecto invernadero. Los volcanes también aumentaron la cantidad de cenizas en la atmósfera.
El reconocido asteroide
Una tercera hipótesis habla de un impacto extraterrestre por un asteroide de cerca de 180 kilómetros de diámetro. Esta teoría es sin lugar a dudas la más célebre y popularmente se considera como acertada, y hasta el momento las pruebas parecen indicar que efectivamente un impacto como el considerado ocurrió en torno a finales del periodo cretácico. Sin embargo, algunas pruebas indicarían que la extinción sobrevino en un periodo algo anterior y que el asteroide no fue sino el que selló el proceso.
Los efectos de un impacto de esta magnitud en la superficie terrestre resultan apocalípticos: en primer lugar, una nube de polvo habría limitado la entrada de luz solar poniendo en aprietos a los seres que dependen de la fotosíntesis. Se calcula que entre 1 y 10 años tendrían que pasar para que los niveles de sol alcanzaran aquellos previos al impacto. Así mismo, los gases liberados por el impacto habrían favorecido un aumento en la radiación infrarroja en la atmósfera (es decir, del calor) matando a cualquier animal que no estuviera cubierto: este fenómeno, aunque de unas pocas horas, resultaría catastrófico para la vida en la superficie. En general, herbívoros y carnívoros cazadores habrían perecido por igual mientras que aquellos animales pequeños que se alimentan de carroña habrían tenido una oportunidad razonable de sobrevivir.
Serían los mamíferos y las aves (las cuales descienden de algunos grupos de dinosaurios) quienes se apoderaran de la mayor parte de nichos restantes en el mundo, y quienes pondrían la impronta a la nueva tierra. Desde hace 65 millones de años nuestros parientes más cercanos han tenido bajo su dominio la práctica totalidad de la superficie terrestre y, más adelante, incluso de los mares. Sin embargo, jamás han tenido que enfrentarse a una extinción masiva y en 65 millones de años la tierra ha vivido de manera relativamente apacible… hasta hoy.
¿Una nueva extinción?
La razón para escribir esta serie fue la teoría de la “6° extinción masiva”, que esta vez no sería causa de un evento externo sino de la aparición de una nueva especie: nosotros. Recordemos que esto ya ha sucedido cuando en el Oligoceno las plantas podrían haber desencadenado cambios climáticos que habrían llevado a una extinción bastante grande (como vimos en la parte 2). En el próximo (y último) artículo de la serie veremos las características de esta nueva “extinción masiva” y las razones por las que se considera que estamos pasando un periodo equivalente. Sobre esta extinción, la primera en 65 millones de años de historia natural, hablaremos en el episodio final.
- Misterios de la Biología: extinciones masivas en la Historia, parte 1
- Misterios de la Biología: extinciones masivas en la Historia, parte 2
- Misterios de la Biología: extinciones masivas en la Historia, parte 3
- Misterios de la Biología: extinciones masivas en la Historia, parte 4
- Misterios de la Biología: extinciones masivas en la Historia, parte 6
Fuente de imágenes: 1: eos.ubc.cam, 2: muyinteresante.es, 3: dmns.org