Resistencia
La Segunda Guerra Mundial fue un periodo particularmente violento en la historia europea. Pese a que los nazis tenían el apoyo de diversos grupos sociales en los países ocupados la mayor parte de éstos los detestaban. Para los Aliados, y en particular para la Unión Soviética, fue muy fácil ganar el apoyo de los grupos disidentes y organizar partidas de autodefensa (a veces fuertemente entrenadas) que se convirtieron en una pesadilla para los nazis.
Entre todos estos grupos hubo uno en particular que se convirtió en leyenda. Fueron bautizadas Nachthexen, las “Brujas de la Noche”, por su audacia y capacidad de causar bajas al enemigo. Ah, y porque también eran mujeres. Todas.
Se trataba de un grupo de voluntarias provenientes de Ucrania que habían convertido la guerra contra los nazis en un motivo de vida. Fueron entrenadas rápidamente por el gobierno soviético y se convirtieron en el 588° regimiento de bombardeo nocturno.
Nachthexen
Las mujeres ya tenían algún conocimiento en el manejo de aeronaves, pero la mayor parte lo adquirieron en el combate. El regimiento estaba constituido por 40 tripulaciones, cada una de las cuales constaba de dos aviadoras comandando dos aeronaves. Sus aviones distaban de la tecnología de la Luftwaffe alemana, pues se trataba de aviones de entrenamiento, a duras penas usados para fumigar cultivos.
Y sin embargo, atacando en la noche, el grupo de mujeres se convirtió en uno de los enemigos más temidos de los alemanes en el frente oriental.
Curiosamente, su misma obsolescencia los convertía en presas difíciles. Su velocidad máxima era la misma velocidad mínima de los aviones alemanes (antes de comenzar a caer) por lo que perseguirlos era imposible. El jet alemán debía pasar junto a ellos y, si erraba el tiro, sobrepasarlos, dar la vuelta y comenzar de nuevo. Un raro caso en el que menos era más.
El 588° regimiento
De todos sus miembros, 30 habrían de morir a causa del fuego enemigo. Las demás serían premiadas por la Unión Soviética al término de la Guerra. Durante su tiempo en servicio tomaron fama temible entre los soldados alemanes y los mismos soldados soviéticos, pues por el peso de las bombas que cargaban no podían llevar paracaídas. Las mujeres sabían que un impacto en su aeronave significaba la muerte.
Pero esto no las detuvo.
Imágenes: 1: ctie.monash.edu.au, 2: wikipedia.org