Como muchas dictaduras (y en particular aquellas en esta región del mundo) la de Myanmar quería gobernar de manera eficaz no solo sobre los habitantes, sino sobre todas las facetas de desarrollo del país. Por esta razón comenzó en 2005 un ambicioso proyecto: el traslado de la capital del país a una nueva ciudad pensada para ser eficiente, tener una buena comunicación y no tener los problemas de infraestructura de su antecesora.

Fue así como se fundó Naypyidaw, originalmente pensada en 2002 y a donde comenzó a moverse gran parte del gobierno del país a partir de 2005 desde la previa capital de Yangon. De acuerdo con las autoridades el traslado se hizo porque Yangon se había vuelto una ciudad demasiado congestionada, pero algunos analistas internacionales creen que se debió más a una combinación entre “un proyecto de vanidad” y la necesidad de ejercer mejor control sobre los territorios centrales del país.

En cualquier caso, el gobierno comenzó a mover poco a poco los diferentes entes gubernamentales a esta ciudad. Se esperaba que a medida que más y más personas bien pagas viajaban allí, la economía comenzara a crecer y comerciantes a arribar, y que eventualmente la ciudad se desarrollara.

Pero esto no ocurrió.

Megalópolis vacía

La ciudad de Naypyidaw tiene un área gigantesca, de alrededor de 7 mil kilómetros cuadrados (o cuatro veces y media el área de Londres), y sin embargo cuenta con menos de un millón de habitantes (contra los 8 millones y medio de la capital británica). Gran parte de su área son magníficas autopistas de hasta 10 carriles que se suponía tendrían que lidiar con un tráfico titánico y, en cambio, se encuentran vacías la mayor parte del tiempo.

Con la ciudad se construyeron museos, centros comerciales, bibliotecas, restaurantes y cafés, la mayor parte de los cuales están desocupados pese a tener comodidades raras en el resto del país.

Sin embargo, algunos aseguran que la situación no es crítica y que la ciudad comenzará eventualmente a atraer población a medida que su atractivo crece. En China, por ejemplo, diversas “ciudades fantasma” a principios del milenio son hoy vibrantes ciudades, pero les tomó varios años llegar allí.

El futuro de Naypyidaw

La ciudad “real”, con su millón de habitantes, actualmente se ubica en el centro del sistema de autopistas y vías construido para los edificios que vendrán. Los habitantes viven en sistemas de apartamentos, pero se espera que en el futuro las regiones periféricas de la ciudad se desarrollen.

Myanmar aspira a crecer al ritmo que lo vienen haciendo sus vecinos (China, Vietnam, Tailandia), y por esta razón considera que debe estar preparada para la urbanización de gran parte de su población rural. Naypyidaw es la manera como el país reacciona ante esta necesidad, y por esta razón los habitantes del país no encuentran en la capital fantasma un problema tan urgente.

Será esperar para ver si las esperanzas de Naypyidaw se cumplen o si queda condenada al abandono.

Fuentes:

1. https://abcblogs.abc.es/trasunbiombochino/2010/11/06/naypyidaw-capital-fantasma-birmania/
2. https://en.wikipedia.org/wiki/Naypyidaw#Naypyidaw_in_popular_culture
3. https://www.thebohemianblog.com/2017/07/naypyidaw-myanmar-ghost-city-capital.html
4. https://www.independent.co.uk/travel/inside-burma-s-ghost-town-capital-city-which-is-4-times-the-size-of-london-with-a-fraction-of-the-a7805081.html

Imágenes: independent.co.uk