Al parecer, esta actividad se había convertido en casi un ritual para los miembros del grupo, que visitaban el lugar de manera regular para entretenerse. A las 10:12 de la mañana de aquel día el grupo entró a la cueva. Una visita más.

Pero resulta que en época invernal esta cueva puede inundarse de manera muy acelerada. Y aunque el grupo sabía que las lluvias se avecinaban, parece ser que no pensó en las posibles consecuencias.

En efecto, poco después de su ingreso comenzó a llover con intensidad. La entrada a la cueva quedó bajo el agua y los niños desaparecieron. De no ser porque el entrenador había indicado en redes que iban a entrar a la cueva nadie sabría dónde se encontraban.

9 días

Los padres comenzaron a angustiarse. Unas horas después, la policía llegaba a la entrada de la cueva para encontrar allí parqueadas las bicicletas del grupo. No se sabía nada de los integrantes y en este momento se pensaba que se habían ahogado.

De inmediato comenzó una compleja operación de búsqueda. Buzos entrenados, con buen conocimiento de los recovecos de la cueva, comenzaron a recorrerla con la esperanza de encontrar a los niños y su entrenador. Pasaban los días y las esperanzas se reducían.

Finalmente el 3 de julio, 9 días después de la desaparición, el equipo fue encontrado con vida. Se encontraban a más de cuatro kilómetros de la entrada, encerrados en una porción de la cueva que había quedado por encima de las aguas crecientes. El júbilo se apoderó de los padres, que creían que sus hijos habían muerto, pero fue sucedido por el temor. ¿Cómo iban a sacarlos de allí?

Tras el comienzo de las inundaciones, el equipo rápidamente comenzó a internarse más en la cueva con la esperanza de conseguir un sitio alto donde el agua no los cubriese. Lo consiguieron, a costa de terminar muy lejos de la entrada y sacrificar la posibilidad de una salida rápida. Rescatarlos no sería sencillo.

El rescate

Tras varios días de planeación, un equipo de buzos profesionales comenzó la operación de rescate. Los buzos habían trazado la ruta hasta el sitio del equipo con una cuerda, y habían comenzado a entrenar a los niños y jóvenes en el uso del equipo de buceo. Finalmente, el 9 de julio comenzó el rescate que tomó alrededor de 9 horas por viaje e involucró dos buzos escoltando a cada uno de los miembros del equipo.

Previamente el equipo había estado drenando activamente el agua de la cueva y había conseguido que alcanzara los niveles más bajos en los últimos días. Como la temporada de lluvias acaba de empezar, se sabía que el nivel de las aguas no haría sino subir, por lo que era necesario actuar con urgencia.

Los niños comenzaron a salir, uno a uno. En algunos puntos la cueva se volvía muy angosta y tenían que pasar el buzo con el tanque enfrente, pues no cabían los dos de manera simultánea. Sin embargo, todos los niños lograron salir.

Lamentablemente no todas las noticias fueron buenas. Uno de los buzos voluntarios, miembro retirado de la marina tailandesa, murió el 5 de junio. Al parecer se quedó sin oxígeno en el viaje de vuelta: sus compañeros trataron de reanimarlo, pero no lo consiguieron. Tenía 38 años.

Fuentes:

1. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44756460
2. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44774742
3. https://elpais.com/internacional/2018/07/09/actualidad/1531128804_560904.html
4. https://www.eltiempo.com/mundo/asia/rescate-de-los-ninos-atrapados-en-una-cueva-de-tailandia-ultimas-noticias-241028

Imágenes: 1: financialexpress.com, 2: express.co.uk