El amonio alimenta las plantas acuáticas

La Sociedad Americana de Química, entre otras agrupaciones investigativas, han publicado sus estudios afirmando que hacer pis en el mar, no representa ningún daño y por el contrario, la flora marina se ve favorecida. Descubrieron que el 95% de la orina humana es  agua, misma que es rica en cloruro, potasio y sodio. De la misma manera, el mar en su composición es 97% agua y también es rico en dichos químicos, de tal modo que los científicos dieron por sentado que la micción no causa ninguna alteración al ecosistema marino, sino que incluso lo beneficia.

Dicha sociedad científica añadió a sus argumentos, que la proporción de urea liberada por una persona, que es el producto de desecho más sobresaliente de los orines, es una completa nimiedad si se le compara con las proporciones de un océano. Afirman que ni si quiera, porque toda la gente miccione al mismo tiempo en el mar, se causaría algún efecto negativo.

Si más personas orinaran, mayor sería el beneficio del ecosistema

Pero el caso llegó mucho más lejos, al punto de incentivar que la gente lo haga sin ningún cargo de consciencia, obviamente preservando la decencia y la discreción pertinentes. En otras palabras, utilizar los mares como grandes mingitorios podría salvar vidas marinas, porque dicho desecho del organismo humano se convierte en un alimento nutritivo para muchas plantas acuáticas.

La Sociedad Estadounidense de Química también hace énfasis en que los seres humanos no son los únicos que acostumbran a orinar cuando están en el agua. Sino que por ejemplo, una ballena que es otro mamífero, pero de enormes proporciones, expulsa por día más de 300 litros de orina, los cuales se traducen en una buena cantidad de amonio para las plantas, superando 23 veces a una micción de una persona.

Protectores solares contaminan mucho más que la orina humana

A diferencia de los protectores solares, que al momento de mezclarse con el agua deprenden sustancias tóxicas, el orín no perjudica nada, ni a nadie. Pero eso sí, recomiendan los expertos en turismo, que cuando haya una persona sola metida en el agua, en pie y mirando hacia el cielo, girándose ligeramente de lado, como aguardando que una ola le moje la pantaloneta, lo mejor es cerrar la boca y por nada del mundo tragar agua.

Con esta noticia, los bañistas ya no lo piensan tanto para soportar las ganas de orinar, salvo que se encuentren en una piscina, donde no resulta beneficioso y sí bochornoso, porque en muchas de ellas sale una mancha azul que rodea la cintura del individuo, señalándolo ante todos los presentes, algo muy bochornoso.

Imagen: wikipedia.org