Egipto y Persia
En el siglo VI a.C. el Antiguo Egipto ya era historia. El reino todopoderoso del Valle del Nilo, caracterizado por imponentes construcciones e impecables momificaciones, había dado paso a un Imperio debilitado por las disensiones internas y con una religión que tenía cada vez menos espacio en un mundo cambiante. Más de 4 siglos atrás la región había sido asolada por los Pueblos del Mar (otro misterio histórico en toda regla) y el Imperio jamás se habría de recuperar del todo.
Nacía, en aquellos tiempos, otro gran imperio. Proveniente de las estepas del Medio Oriente, el imperio aqueménida (también conocido como persa) crecía en tamaño y estaba por convertirse en la nueva gran potencia regional.
En el año 525 a.C. las dos potencias se enfrentaron. Estaba en juego la supervivencia del Egipto de los faraones.
Gatos
En aquellos tiempos el idioma egipcio aún se escribía en jeroglíficos y la religión antigua, aunque mermada, seguía con vida. Y hemos de recordar que dentro de esta religión los gatos eran un elemento fundamental.
En efecto, los mininos eran sagrados para los Egipcios y no podían dañarse, jamás, bajo ninguna circunstancia. Y Cambises II, rey aqueménida, sabía bien esta circunstancia.
Así pues, el Rey tuvo una idea brillante: su caballería no llevaría escudos… sino gatos.
El grupo de avanzada que enfrentó primero las tropas egipcias en Pelusium iba armado con gatos, amarrados a su armadura, como escudo. Los egipcios, al ver esto, prefirieron errar los tiros o no disparar del todo por miedo a herir a los gatos, permitiéndole a Cambises obtener una importante ventaja táctica y derrotar al ejército egipcio (según Herodoto, hubo 40.000 bajas en las tropas egipcias y menos de 7.000 en las persas).
El remanente del ejército faraónico sería derrotado en el asedio a Memphis, terminando definitivamente con el antiguo mundo faraónico (aquel que vio surgir a los Hititas y los Asirios, y que vivió en carne propia el misterioso ataque de los Pueblos del Mar). Aunque suene un tanto gracioso, esto marcaría el inicio… de la Edad Antigua, aquella marcada por el desarrollo de Grecia y Roma y sellada definitivamente con la caída del Imperio Romano más de 1.000 años después.
Así, desdeñando absolutamente las creencias de sus enemigos los persas fueron capaces de construir su nuevo imperio, uno que sobreviviría – si obviamos el breve interregno de Alejandro Magno – hasta la llegada de los invasores mahometanos.
Imagen: bellumartis.blogspot.com.co