Comienza la historia
En sus primeros años de vida, Peter Hurkos fue un hombre ordinario… o bueno, tan ordinario como podría ser alguien que crece en el periodo de entreguerras. Nació el 21 de mayo de 1911 en Dordrecht, Holanda, y era apenas un niño cuando ocurrió lo que entonces se conoció como la Gran Guerra (y, posteriormente, como la Primera Guerra Mundial).
Un accidente de consecuencias inesperadas
Su juventud tampoco fue anormal en ningún sentido, al menos hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando se unió a la resistencia holandesa durante la ocupación alemana. No está del todo claro si terminó en el campo de concentración de Bunchenwald como prisionero, como infiltrado o como obrero sin motivos bélicos, pero mientras pintaba una de las paredes del lugar el andamio falló y Hurkos se desplomó desde varios metros de altura. El accidente lo dejaría en coma por tres días, al cabo de los cuales despertaría… y, según su versión, se daría cuenta de que había adquirido nuevas habilidades.
Tradicionalmente se dice que los exámenes realizados a Hurkos indicaron una misteriosa protuberancia en su cráneo, en la zona de la coronilla, que se habría golpeado al caer del andamio. Otras versiones afirman, por el contrario, que su accidente fue la causa de la extraña protuberancia. En todo caso, tradicionalmente se considera que este “órgano” (si es que podemos llamarlo así) era la causa de sus habilidades sobrenaturales.
Las nuevas habilidades de Hurkos
Se dice que el mismo día que despertó Hurkos comenzó a notar sus habilidades. Tras ser examinado por los doctores, y apenas regresó a su camilla, lo primero que hizo fue preguntarle a su compañero de cuarto: “¿Por qué has robado el reloj de oro de tu padre?”. El hombre lo miró anonadado, tartamudeando musitó alguna excusa y de inmediato solicitó que lo cambiaran de cuarto, pues consideraba que Hurkos era un “hombre peligroso”.
Cuando Hurkos despertó, la Guerra aún no había terminado, y su talento probaría ser una gran ayuda para los holandeses en la resistencia. Una de sus historias más tempranas relata que el hombre fue capaz de determinar quién estaba de infiltrado en una unidad militar que así se lo solicitó: según dijo Hurkos a los hombres de la resistencia, apenas con tocar una foto pudo ver al traidor vistiendo un traje militar. Efectivamente, el señalado por Hurkos era un infiltrado de los nazis.
Las primeras predicciones del vidente
Algunos meses después de la Guerra, una pequeña se encontraba desaparecida en el país. De nuevo, a la cabeza de Hurkos llegaron imágenes de “un canal holandés con mucha vegetación acuática, y a la niña atrapada por las plantas”. Una vez informó a la policía, el cuerpo inerte de la pequeña se encontró en un lugar tal y como él lo había previsto. Estas historias dieron algo de fama al hombre (quien siempre aseguró que debía sus habilidades al accidente), pero no sería hasta 1951 cuando su nombre se volviera famoso por obra de una serie de incendios que comenzaron a azotar las campiñas holandesas.
La policía estaba segura de que alguien era responsable de los incendios, pero no había podido determinar quién. Hurkos comenzó a realizar visitas con los inspectores a los colegios de la localidad, y apenas entró a uno de ellos algunos días después señaló a uno de los jóvenes. “Es él”, afirmó, a lo que el comandante respondió de manera evasiva: no quería capturar al joven porque era hijo de uno de los hombres más ricos de la región. Hurkos respondió: “revisen sus bolsillos, allí están las pruebas” y, en efecto, en los bolsillos del joven (que por cierto no fumaba) se encontraron fósforos y líquido de encendedor. Como prueba final (pues el muchacho seguía negando su participación), Hurkos dijo que debían revisar su pierna, donde estaba el corte realizado por el alambre de púas de uno de los últimos sitios incendiados. Efectivamente así era y el joven no pudo más que confesar.
En 1956 Hurkos llegó a los Estados Unidos, país en el que se le realizarían varios análisis psicológicos con el objetivo de determinar la veracidad de sus supuestas habilidades sobrenaturales. El estudio más importante comenzó este mismo año por parte del parapsicólogo Andrija Puharic, quien organizó pruebas por más de dos años que concluyeron con un asombroso 90% de precisión. Esto, para el doctor Puharic, probaba la indiscutible habilidad psíquica de Hurkos.
Celebridad y críticas en los Estados Unidos
Con el tiempo, el hombre se volvió una celebridad, intervino en innumerables casos policiales y realizó gran cantidad de presentaciones en vivo que lo convirtieron en uno de los psíquicos más famosos del siglo XX. Su apoyo más célebre a una investigación sin lugar a dudas se hizo durante el caso de Charles Manson.
En la actualidad, muchos investigadores afirman que las habilidades de Hurkos no eran más que un talento inusitado para leer el cuerpo (lo que llaman “lectura en frío”) y adivinar las reacciones de sus interlocutores. Así mismo, se dice que muchas de las investigaciones en las que – se dice – tomo parte no muestran evidencias de su participación e, incluso, que sus datos rara vez involucraban información que la policía no conociera o que no estuviera en los periódicos. Una de las críticas más comunes a Hurkos, por ejemplo, se le hace por su afirmación de que Adolf Hitler estaba vivo, en Argentina, unas dos o tres décadas luego de la Guerra.
Sin embargo, ningún investigador, hasta el momento, ha refutado las primeras acciones de Hurkos, y no cabe duda de que el psíquico goza de mucha legitimidad en todo tipo de círculos en Holanda y los Estados Unidos.
¿Qué otro psíquico famoso conocen? ¿Creen en este tipo de habilidades?
Fuente de imágenes: 1: hamariweb.com, 2: upload.wikimedia.org, 3: stephanyhurkos.com