El poder de los virus
Hace algunos días hablábamos de la naturaleza de la vida y las características de aquellos seres que, como los virus, se encuentran a medio camino entre nuestro mundo y el de los seres inertes. A excepción de los priones, sin embargo, estas criaturas siguen rigiéndose por la evolución y dependen de la modificación de su material genético para reproducirse.
Los límites de las epidemias
Sin embargo, existen ciertas limitaciones respecto al daño que una epidemia de virus puede llegar a causar: a pesar de la posible virulencia del patógeno, una epidemia larga tendería a volverse menos y menos mortal con el tiempo por la sencilla razón de que un virus que mata a la persona pierde su herramienta de reproducción y tiende a desaparecer. Por esta razón las terribles epidemias virales de la historia (como la Influenza o la Peste Negra) se disolvieron tras algunos años de destrucción.
Esto no significa que una epidemia no resulte tremendamente peligrosa, ni que dejaría la humanidad intacta. Significa que no llevaría a nuestra extinción, aunque sus consecuencias sociales resultaran ser de dimensiones catastróficas. Así mismo, significa que, tras unos años, la humanidad podría esperar una cierta recuperación… al menos, en términos generales.
¿Estos límites pueden ser superados?
Porque el surgimiento de nuevos virus comienza a preocupar a las autoridades médicas de diversos lugares del mundo. De acuerdo con las afirmaciones de algunos científicos británicos, estas nuevas variedades comienzan a presentar algunas características preocupantes que involucran facilidad para su transmisión (influenza), una alta tasa de mortalidad (ébola) y, más importante, un largo periodo de latencia en el que el paciente no presenta síntomas (VIH).
Los grandes peligros de la modernidad
Por supuesto, estas características no se reúnen en un solo virus… aún, pero el aumento de la población, de la mano con amplias regiones sin acceso a servicios de salud de buena calidad, podrían causar que una mutación peligrosa no fuera detectada a tiempo. Así mismo, existe la posibilidad de que mediante la ingeniería genética se produjera un virus capaz de aniquilar en poco tiempo a un gran porcentaje de la población. Esto, además, podría ir de la mano con un proceso que impidiera que el virus mutara, algo que en teoría ya es posible realizar. No es la extinción lo peligroso, pues necesariamente ha de haber supervivientes. Es la posibilidad de que la sociedad moderna se destruya desde adentro y quienes queden no sean capaces de reconstruir el mundo.
Pero no son estas las únicas preocupaciones de los científicos: la directora del Departamento de Salud Británico ha advertido sobre el riesgo que representa la obsolescencia de muchos tratamientos médicos y, en particular de los antibióticos, que día tras día se muestran menos eficientes con las bacterias. De acuerdo con Dame Sally Davies, las enfermedades infecciosas están aumentando aceleradamente entre los jóvenes y no parece que esta tendencia disminuya en el mediano plazo. Podríamos estar en el umbral de una nueva epidemia contra la que no tengamos defensas eficientes.
La posibilidad de una pandemia mundial está presente en el imaginario de la humanidad, al fin de cuentas, ha pasado menos de un siglo desde la última gran epidemia (la influenza de 1916), que cobró casi 100 millones de vidas alrededor del mundo. Incluso si una epidemia no amenaza los cimientos de nuestra sociedad, sería tremendamente doloroso para millones de personas alrededor del mundo ver a sus seres queridos perecer, uno tras otro, ante la pandemia.
¿Crees que habrá una epidemia pronto?
Fuente de imágenes: 1: historiageneral.com, 2: dw.de, 3: ichef.bbci.co.uk.