De esta forma, al escribir un poema, el poeta busca someter al lenguaje a un extrañamiento, haciéndolo entrar en terrenos nuevos, donde los significantes de desplazan para señalar otros significados. Así mismo, el Poeta busca la forma de mostrar otra visión sobre los distintos elementos del mundo tangible, así como del mundo emocional, creando para esto pequeños universos cerrados, con sus propias reglas y símbolos.

Definición de Música

Por otra parte, aun cuando todavía se permanezca en el círculo de las Artes, la música se establece como una de las Bellas Artes, constituyéndose como un lenguaje sonoro, en el cual cada nota, sonido o escala busca traducir en ondas sonoras sentimientos humanos o visiones estéticas de un elemento. Como todo lenguaje, la música también cuenta con su propio código,  y aun cuando éste es universal para todo músico, al igual que el poeta, cada artista de la música crea en sus composiciones pequeños universos cerrados, en donde funcionan de forma directa las imágenes y símbolos, sólo que en vez de palabras se usan sonidos.

De esta forma, la organización de sonidos y silencios con cierto orden estético y técnico responde al nombre de Música, con la cual se pueden hacer composiciones artísticas por medio de las cuales el poeta quiere exponer al mundo desde su percepción una realidad propia o colectiva, tanto si se trata de una tangible o netamente emocional.

Poema sobre la Música

Conjugando ambas definiciones cabe la pena entonces ofrecer un ejemplo de cómo podría ser un Poema escrito sobre el arte de la música, la cual para la cuna de occidente, Grecia, era definida como mousikē, el Arte de las Musas. A continuación, entonces, un poema sobre Música:

Entre silencios y sonidos se teje una vez más
el cálido poema que creó  al mundo

El hombre asiste mudo a que los sonidos
le narren las palabras chamánicas y ancestrates
y los silencios le permitan el espacio preciso para entenderlas

No hay música sin la perfección del silencio,
puerta secreta a la maravilla
que tejen desde antaño los sabios instrumentos

De improviso todo es música,
en el aire, en el pecho, en la sangre
en las células, los poros y hasta en los huesos.

Un manantial de sonidos
despierta el volcán
que yace dormido en medio del ser.

La música no es ya una invitación
sino el latir del propio corazón
en perfecta comunión el sonido
que viaja en el aire.

No obstante, sin remedio,
Su naturaleza efímera
la lleva una vez más a la nada
y el silencio pasa del segundo a la permanencia
anunciando que la música ha cesado,

Pero es mentira, 
simplemente ha cambiado de paisaje
y ahora sueña quedita en un rincón del alma
de quien se ha dejado conmover
por ese conjuro ancestral e infinito
al que siempre hemos pertenecido.

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