Los principales postulados de Louis Pasteur dejaron grandes legados a la humanidad, porque estuvieron sobre todo, basados en curar y prevenir patologías. Por eso, promovió las vacunas y se encargó de ver una de las raíces principales de las enfermedades que son las bacterias y de desarrollar los métodos para eliminarlas.
Uno de sus mayores descubrimientos fueron los aspectos de la “quiralidad”, al darse cuenta de que cuando se traspasa una solución de nutrientes fabricados de manera natural, la luz giraba hacia la derecha o izquierda, pero al contrario con los nutrientes artificiales, la luz no rotaba a no ser de que se le añadieran microorganismos o microbios. Todos estos avances, lo condujeron a seguir profundizando hasta lograr la técnica de la pasteurización.
Este sistema es un proceso de calentamiento del medio por un periodo de tiempo, a una temperatura óptima, el cual destruye las bacterias que causan que los alimentos se agrien. Al principio, la comunidad científica lo rechazó pero en la actualidad, garantiza la calidad e higiene de gran parte de la comida que consumimos.
El ácido tartárico
Este gran científico pudo escudriñar los misterios del C4H606, o más conocido como ácido tartárico, el cual aparenta subsistir de dos modos de composición química iguales, empero con distintas propiedades, dependiendo si proviene de algo sintético y artificial, que no puede polarizar la luz; o de algún ser vivo, que sí puede hacerlo. No obstante, cuentan con idéntica fórmula.
Con ayuda del microscopio, fue capaz de divisar ciertos cristales de sales muy pequeños, constituidos con base en una síntesis de ácido tartárico y descubrió que existían dos tipos de esos cristales, muy similares, pero con formas análogas como nuestros pies o manos. La distinción radica en la forma de agrupación de los átomos y de la inclinación de la polarización lumínica, hacia la izquierda o a la derecha.
Pero al analizar los cristales constituidos del ácido tartárico natural, únicamente se formaba un tipo de esos cristales, los cuales reflejaban la luz hacia la derecha. Estos avances los pudo obtener a una edad muy temprana: a los 26 años. Gracias a ellos, fue merecedor de la “Legión de Honor”. En muy poco tiempo ocupaba cargos directivos en universidades prestigiosas, como la Universidad de Lille y la École Normale Supérieure.
La Microbiología: (Omne vivum ex vivo)
Como todo científico revolucionario, Pasteur logró desmentir varios mitos y teorías equivocadas, como por ejemplo en el proceso de fermentación, del que toda la comunidad científica creía que no necesitaba la intervención de ningún otro organismo.
Pero al estudiar en profundidad con el microscopio, Louis se percató de que había siempre dos organismos actuantes en la fermentación, que se trataban de dos levaduras de distinta índole. Una de ellas produce ácido láctico que genera la agries en el vino. La otra, alcohol.
Se ingenió una nueva manera de eliminar las bacterias responsables de la degradación de líquidos como la leche, la cerveza o el vino, luego de empacarlos herméticamente y exponiéndolos a un calor de 44 grados centígrados, en un corto periodo de tiempo. Al principio, los grandes industriales de licores se negaban a la idea de tener que calentar las bebidas. Pero con el tiempo lo apropiaron y así fue el surgimiento de lo que hoy llamamos “pasteurización”.
Sus investigaciones estaban totalmente enfocadas en la estructura de las sustancias químicas, para evidenciar las leyes de organización de los seres vivos, penetrando profundamente en todos los detalles de sus formas.
En ese sentido, logró corroborar que todos los procesos de descomposición y de fermentación de los alimentos, se debía claramente a la intervención de organismos vivos y no como se afirmaba en la antigüedad, que era por generación espontánea que surgían microorganismos en caldos nutritivos.
Sus experimentos eran básicos y sencillos. Por ejemplo, para poder evidenciar estos postulados, se valió de unos matraces con un filtro que impedía el paso del polvo hasta el caldo de cultivo, y de unos que no portaban tal filtro, pero que por la forma alargada y curvada del matraz, era muy difícil que llegaran las partículas de polvo, donde iban los microbios.
Así, Pasteur confirmó que los microbios no se generan adentro del alimento, sino que se adhieren con el polvo en forma de esporas. Es decir, que un ser vivo proviene de otro ser vivo anterior.
Este principio tan bien descrito y argumentado por este genio, dio pie para postular la teoría germinal de las enfermedades y la teoría celular. Todo esto revolucionó la forma de pensar acerca de los seres vivos y marcó el comienzo de esta ciencia llamada Microbiología.
Su fama por estos descubrimientos de gran relevancia, se expandió por el mundo entero. Tan así, que el gobierno de Francia lo llamó para que ayudara a disolver una terrible situación agrícola que esa nación enfrentaba, por una enfermedad de los gusanos de seda que arruinaba la producción de este elemento crucial en la industria. Se valió del método científico para dar una solución final y lo logró.
Gracias a este dilema, Pasteur pudo diagnosticar los mecanismos de contagio de la enfermedad. Sus soluciones eran radicales: todo lo que haya sido infectado, como hojas y gusanos, deben ser eliminados para que no se siga propagando.