Quizás lo más conveniente, antes de abordar una explicación sobre la partícula Sept-, sea revisar de forma breve algunas definiciones, que de seguro permitirán entender este lexema, propio del Español, dentro de su contexto morfológico preciso.
Definiciones fundamentales
En este sentido, puede que también resulte de provecho delimitar esta explicación a dos distintas nociones: por un lado, será necesario revisar el propio concepto de Prefijo, pues esto ayudará a cobrar conciencia sobre la naturaleza de este tipo de partícula. Por otro lado, también será pertinente tomar un momento para analizar cuál es la posición de la Morfología frente a los Prefijos y prefijoides que hacen vida en el Español. A continuación, cada una de estas definiciones:
Los Prefijos
De esta manera, se comenzará por decir que la Lingüística ha definido los Prefijos como una especie de morfema, de naturaleza exclusivamente átona y derivativa, el cual se desempeña uniéndose de forma anterior a ciertos lexemas, con el fin de generar con ellos, y siempre a través del proceso de Derivación, nuevas palabras, cuya principal característica será la de ser plenamente independiente, a nivel semántico, en referencia a las partículas de las cuales se han generado.
Así mismo, la Lingüística ha explicado que los Prefijos deben ser entendidos igualmente como uno de los cinco distintos tipos de afijos, que existen en las lenguas naturales, lo que los llevará entonces a ser contados en el mismo grupo, en el que han sido incluidos igualmente los Sufijos, Interfijos, Infijos y Circunfijos, morfemas estos que se diferenciarán entre sí, en base a tres rasgos específicos:
- el punto exacto en el que cada partícula se une al lexema.
- el proceso morfológico que cada uno de estos morfemas desempeñan con el lexema al cual se unen o adhieren.
- la naturaleza átona o derivativa con el que cuenta cada uno de estos afijos.
Prefijos y prefijoides
No obstante, la disciplina lingüística también advierte sobre la importancia de no denominar como prefijo a cualquier partícula productiva y de unión anterior, que haga vida en el Español, pues para poder ser identificada de esta manera, deberá ser necesariamente átona y derivativa, condición que no todas cumplen. Por consiguiente, la Lingüística prefiere considerar dos distintos tipos de partículas, las cuales han sido explicadas de la siguiente manera:
- Prefijos: por un lado, existirá un conjunto de partículas productivas y de unión anterior, en donde todas pueden ser identificadas como genuinos prefijos, puesto que estarán conformados por morfemas átonos y derivativos, los cuales se desempeñarán uniéndose de forma anterior a ciertos lexemas, con el fin de generar nuevas palabra, por medio siempre del proceso de la Derivación (unión productiva de un afijo derivativo y un lexema).
- Prefijoides: por otro lado, en el Español, también existirá un conjunto de partículas productivas y de unión anterior, conformadas plenamente por morfemas tónicos y raíces cultas, las cuales cumplen con la función de unirse de forma anterior a ciertos lexemas, con el fin de generar nuevas palabras, por medio de procesos morfológicos diferentes a la Derivación, como son por ejemplo la Parasíntesis y la Composición. Estas partículas se conocen con el nombre de Prefijoides. No obstante, en el caso concreto de las raíces cultas compositivas también podrán denominarse como prefijos compositivos.
Adicionalmente, la Morfología señala que los Prefijos y prefijoides, propios del Español, pueden ser organizados en tres distintos grupos, los cuales se dispondrán de acuerdo a la procedencia etimológica de cada una de las partículas que los conforma. A continuación, una breve descripción de estos conjuntos:
- De origen latino: en primer lugar, se encontrará entonces un conjunto de partículas productivas y de unión anterior, cuyo origen puede ser rastreado hasta la lengua latina. En este grupo, la gran mayoría serán identificados como prefijos. De hecho, existen autores que señalan que la totalidad de los prefijos patrimoniales del Español puede ser identificado como partículas de etimología latina. Sin embargo, también existirá un conjunto de prefijoides y prefijos compositivos, provenientes del Latín, y que estarán conformados por morfemas tónicos y raíces cultas.
- De origen griego: por otro lado, también existirá un segundo grupo de partículas productivas y de unión anterior, cuya etimología podrá ser rastreada hasta el griego. En este conjunto, la totalidad de partículas corresponderá a morfemas tónicos y raíces cultas, las cuales se unirán siempre de forma anterior a ciertos lexemas, con el fin de generar nuevas palabras. Por ende, se concluye que en el Español no existirán prefijos de origen griego.
- De origen eslavo: finalmente, habrá también un tercer conjunto, conformado de forma total por un grupo de raíces cultas y compositivas, las cuales se unirán de forma anterior a ciertos lexemas, con el fin de crear en el Español nuevas palabras, con las que denominar ciertos elementos químicos. Estas partículas contarán con una etimología eslava, aun cuando la Lingüística identifica también que pasaron a esta lengua directamente desde el Sánscrito. Estas partículas son reconocidas entonces como prefijos compositivos.
Prefijos Sept-
Una vez se han revisado cada una de estas definiciones, puede que ciertamente sea mucho más sencillo abordar una explicación sobre la partícula Sept-, la cual ha sido descrita como una raíz culta, proveniente del Latín. En consecuencia, más allá de provenir de la lengua clásica de donde se han originado la totalidad de prefijos patrimoniales del Español, en realidad la partícula Sept- no puede ser considerada como un prefijo, sino que deberá ser entendida como un prefijo compositivo.
Así mismo, las diferentes fuentes señalan que el prefijoide Sept- cuenta con su propia carga semántica, la cual se encuentra relacionada con el concepto de “siete”. Algunos ejemplos de su uso específico en el Español serán los siguientes: Séptimo, Septentrional, Septenio, Septuplicar.
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