Los agujeros negros
Seguramente los objetos más peculiares del universo, los agujeros negros ocurren cuando altísimas presiones (producto de una explosión, principalmente) hacen que la materia pierda su naturaleza tal como la conocemos y se convierta en un objeto increíblemente masivo capaz de devorar la misma luz.
El proceso funciona así: para todos es fácil imaginar una gravedad superior a la terrestre en la que no podamos movernos. Añadamos un poco más y nuestros huesos se partirían bajo su propio peso. Con suficiente gravedad nos convertiríamos en cuestión de minutos en una masa amorfa que cubre el suelo.
A partir de este punto es cuestión de ir aumentando el grado. Eventualmente la gravedad alcanza tales cantidades que los átomos mismos colapsan generando las llamadas estrellas de neutrones (pues al juntarse un electrón y un protón, de cargas opuestas, se genera un neutrón. Dichas estrellas están constituidas exclusivamente por neutrones apiñados uno encima de otro y por esta razón son increíblemente densas.
Pero eventualmente ni siquiera los neutrones resisten y el sistema colapsa. Y toda la masa se convierte en algo que no comprendemos del todo, que ocupa un espacio increíblemente pequeño y cuya gravedad absorbe incluso la luz.
A este espacio que parece violar las leyes del universo se le conoce como “singularidad”.
¿De donde nada escapa?
Al tratarse de un punto infinitamente denso, genera un campo gravitatorio del que, se supone nada puede escapar. Todo lo que llega al agujero se queda, irremediablemente, dentro de él y hace parte a su vez del agujero, aumentando su poder.
Ahora bien, desde hace algunas décadas parecía haber evidencias de que, pese a su inmensa gravedad, los agujeros negros no solo podían emitir energía sino que lo hacían de manera permanente. En particular, mediante la emisión de rayos X.
Esto daba respuesta a la importante pregunta de qué sucedía con un agujero y por qué el Universo no estaba saturado de estos objetos. Al emitir energía, poco a poco se van “evaporando” y terminan por desaparecer.
Pero recientes hallazgos de la NASA parecen indicar que los agujeros negros pueden realizar emisiones de materia verdaderamente masivas.
Representación de lo detectado por la NASA
Lo que vio la NASA
De acuerdo con el conjunto de telescopios espectroscópicos nucleares (NuSTAR) hace pocos días el agujero negro supermasivo Markarian 335 fue lugar de una gigantesca emisión coronal semejante a las que de vez en cuando ocurren en las estrellas. Tras el fenómeno, que fue grabado casi que por pura curiosidad, el agujero negro lanzo un potente chorro de rayos X.
El hallazgo contradice mucho de lo que sabemos de los agujeros negros y parece indicar que en el interior de estos misteriosos objetos hay mucho más de lo que habíamos supuesto hasta el momento. Aunque los modelos matemáticos son bastante complejos, el negro absoluto de los agujeros impide prácticamente cualquier análisis serio de su funcionamiento interno.
Con el descubrimiento de la NASA acaba de abrirse un nuevo universo de posibilidades. Un Agujero Negro es un lugar absurdo dentro de la misma teoría aunque se ajuste a los elementos de esta. Por ello, en su interior podrían ocurrir todo tipo de fenómenos desconocidos cuyas implicaciones, de poder controlarlas a pequeña escala, brinden grandes posibilidades a la civilización humana.
Fuente de imágenes: 1: ichef-1.bbci.co.uk, 2: blastr.com