Serhiy Tkach, séptimo en nuestra lista

Seguimos aquí con la lista de asesinos con más muertes a cuestas:
7) En el séptimo lugar aparece Serhiy Tkach, un ex investigador de la policía ucraniana, nacido el 12 de septiembre de 1952 en territorio soviético. No se sabe mucho de su vida, únicamente que fue acusado y condenado por la muerte y violación de 36 mujeres.
Según la confesión de Tkach, quien parece mostrar poco o ningún remordimiento por sus actos, gustaba de ahorcar a sus víctimas, mayoritariamente niñas entre 8 y 18 años, para luego violar sus cadáveres. Aunque sólo se le juzgó por 36 muertes, sus confesiones y las evidencias policiales indican que sería culpable de unos 100 asesinatos.
Como dato curioso, 9 hombres inocentes fueron erróneamente condenados por los asesinatos de Tkach: uno de ellos se suicidó en prisión y otro no sería liberado hasta el año 2012. Tkach sería capturado por las autoridades ucranianas en el año 2005, luego de 25 años de asesinatos, y solicitaría la pena de muerte que por alguna razón fue negada por el jurado, quien lo condenó a cadena perpetua. Hoy se encuentra pagando su condena.
6) En el sexto lugar de nuestra lista aparece el único representante brasileño. Llamado Pedro Rodrigues Filho, nació en el sur el Estado de Minas Gerais con un problema en el cráneo a raíz de un golpe que su padre habría propinado al vientre de su madre cuando ella estaba embarazada. Esto parece haberlo afectado y desde niño tuvo un interés particular por la violencia.
Al contrario que otros, Pedrinho Matador (como fue bautizado) no entró a este mundo por sus problemas, sino por la venganza. A sus 14 años asesinó al vicealcalde de Alfenas por haber despedido a su padre tras una injusta acusación de robo de almuerzos para los niños. Luego de ello, Pedrinho asesinó al que supuestamente era el verdadero ladrón.
Tras esto Pedrinho escapó y entró en un mundo en el que la única manera de salir con vida es la violencia: Mogi das Cruzes, en Sao Paulo. Allí comenzó a vivir con una mujer, Aparecida Olympia, que sería luego asesinada y lo motivaría a realizar una serie de vendettas que dejarían más de 10 personas muertas. Poco después asesinaría a su propio padre como venganza por haber matado a su madre con un machete, tras lo que arrancaría y comería un trozo de su corazón.
Aunque Pedrinho cometió estos actos a causa del escenario extremadamente violento en el cuál vivía, no cabe duda de que sí tenía un gusto particularmente fuerte por la violencia. Siendo apenas un niño lanzó a su primo a un molino de caña, lo que le hubiera causado la muerte si algunos adultos no hubieran intervenido de inmediato.
Fue su primera estadía en la cárcel la que llevó a que se le considerara como un asesino en serie… pues estando en prisión asesinó a 47 prisioneros sin motivo alguno. En el año 2007 fue liberado (pues la legislación brasileña especifica que nadie puede pasar más de 30 años tras las rejas), pero pronto volvió a ser capturado. En la actualidad se encuentra en proceso de juicio.
Autor de más de 100 asesinatos, Pedrinho ganó celebridad por enfrentarse y matar a otros importantes criminales en Brasil.
5) En el quinto lugar de nuestra lista aparece Daniel Camargo, el primer (y lamentablemente, no el único) colombiano de nuestra lista.
Su historia es un tanto trágica. Nació en algún departamento andino y su madre murió cuando era apenas un bebé. La nueva pareja de su padre terminó por tener problemas de infertilidad, lo que le generó varios problemas mentales que terminaron afectando al pequeño, al que su madre obligaba a ir al colegio vestido como una niña.
Pese a la humillación que esto representaba, Daniel Camargo se destacó como un estudiante muy hábil y pudo haber logrado ascender o conseguir una beca de no ser porque la familia fue golpeada por la calamidad y se vio obligado a abandonar sus estudios y ayudar con el trabajo a sus padres.
En 1960 Camargo pareció dejar atrás la adversidad al casarse con Alcira Castillo. Según varias fuentes el hombre realmente la amaba y estaba contento con su nueva vida, habiendo dejado atrás los traumas de la infancia. Su felicidad, sin embargo, se derrumbó en 1967 cuando descubrió a su mujer con otro hombre. Esto lo convencería de que las mujeres eran las únicas culpables de su desgracia y la causa de todo su sufrimiento. Con su nueva pareja sentimental se dedicaría, entonces, a violar a niñas y jóvenes mujeres tras administrarles sustancias que les impidieran reaccionar.
No habría pasado un año cuando la policía logró capturarlo, aunque la pena en ese entonces fue de apenas 5 años. Tras salir y reincidir se le condenó a 25 años de prisión en Gorgona, la Isla que otrora fuese una cárcel. Camargo, sin embargo, fue capaz de escapar tras 10 años en prisión en una balsa improvisada donde pasaría 3 días sin agua ni comida. Al final, llegó a costas ecuatorianas.
Allí logró cometer sus crímenes con total impunidad ya que en Ecuador desconocían completamente su modus operandi. En este país vieron, aterrados, como comenzaban a aparecer los cuerpos descuartizados de decenas de niñas y jóvenes sin que las autoridades pudieran dar información alguna al respecto. 2 años después, en 1986, Camargo fue detenido casi por casualidad y en su propiedad se encontró un grupo de prendas manchadas de sangre. Fue así cuando por fin pudieron detenerlo.
Se calcula que por lo menos unas 150 jovencitas fueron asesinadas por este hombre, de las cuales al menos 71 (y seguramente muchas más) murieron en Ecuador. Camargo murió el 13 de noviembre de 1994 en prisión asesinado por el sobrino de una de sus víctimas.ç
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Fuente de imágenes: 1 y 2: asesinos-en-serie.com, 3: youtube.com