Quizás lo mejor, antes de abordar una exposición sobre algunas de las recetas más populares de la web, a base de Dátiles, sea revisar algunos aspectos sobre esta desértica fruta, como por ejemplo su naturaleza o propiedades.
Dátiles, aspectos fundamentales
Por consiguiente, se comenzará por señalar que la Botánica ha definido al Dátil como la fruta, que nace de la Palmera dactilera, planta propia de las zonas desértica, y que cuenta con el nombre científico de Phoenix dactylifera. Así mismo, los especialistas han señalado que tanto su plamera como el dátil pueden ser reconocidos por su gran capacidad de resistencia hacia climas extremos, sin embargo, esta planta solo nace en donde hay fuentes de agua subterránea, por lo que su presencia es señala de la cercanía de agua, o incluso de un oasis.
Con respecto a las características físicas de los Dátiles, estos pueden ser descritos como una pequeña fruta marrón y alargada, cuya forma recuerda en ocasiones un dedo. De hecho, la palabra Dátil con la que es nombrada esta fruta, según los especialistas en etimología, provienen del vocablo griego daktilos, la cual puede traducirse como dedo.
Otro rasgo característico para los dátiles es su piel marrón corrugada, la cual tiende a engañar a las personas que aún no han probado esta fruta, pues puede no anticipar el delicioso y dulce sabor que tienen estas frutas. Debajo de esta piel se encuentra la pulpa del dátil, la cual es de un color blanco, y de una consistencia bastante blanda.
Origen del dátil
En cuanto a la época y lugar en donde se originó el Dátil, la mayoría de las fuentes coinciden en señalar que esta fruta debió nacer hace de miles de años en los territorios ubicados entre el Tigris y el Éufrates, es decir en Mesopotamia. No obstante, serían los babilonios los que llevarían al dátil a un nivel de producción y consumo bastante importante.
Así mismo, los historiadores señalan que hace aproximadamente unos cincuenta mil años, las distintas migraciones de los pueblos africanos, hicieron que los dátiles también viajaran a través de este territorio, pudiendo seguir también su camino hacia Asia. Más adelante, a través del comercio de los árabes con los romanos, los dátiles habrían logrado llegar también a Europa.
En épocas mucho más recientes, fueron los misioneros españoles quienes llevaron los dátiles de Europa a América, durante la época de la Conquista, territorio este en donde se adaptaron bastante bien, al punto de que en la modernidad hay ciudades como California que se destacan por su gran producción de Dátiles. De igual forma, por tradición, se considera a Iraq, Marruecos, Paquistán, Argelia y Arabia Saudí como uno de los grandes productores de dátiles en el mundo.
Propiedades de los dátiles
Además de su delicioso sabor y de la sorprendente resistencia que presenta esta fruta, los Dátiles son reconocidos por los nutricionistas como una fruta con grandes propiedades alimenticias, entre las que se encuentran ser una gran fuente de Calorías (hasta 282 cada 100 gramos de frutas) así como de Carbohidratos, Azúcares naturales, Proteínas vegetales, Fibra alimenticia y Agua.
Por igual, dentro de estas frutas, los nutricionistas han podido detectar gran cantidad de vitaminas A, B1, B2, B3, B5, B6, C, E y K, así como de otros importantes minerales, vitales para el funcionamiento del cuerpo humano, como por ejemplo el Calcio, el Hierro, el Magnesio, el Manganeso, el Fósforo, el Potasio, el Sodio y el Zinc.
No obstante, estas no son las únicas cualidades presentes en los Dátiles, frutas que también son reconocidas por la Medicina naturista como una importante fuente de salud, a la cual se le atribuye entonces la capacidad de combatir la anemia, prevenir la osteoporosis, evitar la Ansiedad, prevenir los calambres nocturnos, ser un laxante natural, entre otros.
Recetas a base de Dátiles
Empero, no son tan solo los nutrientes o sus atributos medicinales los que hacen que los Dátiles sean escogidos por la mayoría de las personas como su fruta favorita, puesto que esta elección está basada casi por completo en el delicioso sabor con el que cuentan estas frutas, por lo que no es de extrañar que sean las protagonistas de numerosas recetas dulces. A continuación, algunos ejemplos de ellas:
Dulce de dátil para untar
Una forma práctica, creativa y deliciosa de preparar los dátiles será esta crema, que se puede usar para untar panes y galletas, y que constituye también una excelente opción para que los niños disfruten de una golosina, sin los daños que puede causar el azúcar.
Para prepararlo se necesitará tener a disposición los siguientes ingredientes: veinte (20) dátiles / un (1) litro de agua / una (1) cucharadita de canela en polvo / una (1) cucharadita de esencia de vainilla. Cuando se cuenten con todos los ingredientes a disposición, se comenzará por tomar los dátiles que parezcan más frescos, se les quitará el carozo o semilla, y se colocarán en agua, buscando que el líquido los cubra por completo. Así mismo, se dejarán estas frutas remojando durante toda la noche.
A la mañana siguiente, se colarán los dátiles, teniendo precaución de no botar el agua que les ha servido para el remojo. Se llevarán entonces estos frutos a la licuadora, procesándolos hasta que se vaya formando una crema. En caso de que las frutas estén muy duras de procesar, se puede ayudar a la preparación con un poco del agua en el que se han remojado.
Cuando se obtenga la consistencia deseada, se agregará la vainilla y la canela, permitiendo que la preparación se procese un poco más, a fin de integrar las esencias que se han añadido. Se guarda el dulce en un envase de vidrio, y ya se encuentra listo para disfrutar.
Trufas de dátiles
Otra forma de comer los deliciosos dátiles en forma de postre son estas ricas, saludables y energéticas trufas, las cuales pueden servir para acompañar una merienda, o también ser servidas en los cumpleaños, teniendo la garantía de que son una golosina llena de sabor y nutrición.
Para prepararlas, será necesario tener a disposición los siguientes ingredientes: cien (100 gr.) gramos de dátiles / media ( ½ ) taza de uvas pasas / dos (2) cucharaditas de aceite de coco / dos (2) cucharadita s de canela molida / dos (2) cucharadas de coco rallado. Con todos los elementos a disposición, se toman entonces los dátiles, se les retira el carozo, y se llevan directamente a la licuadora.
Así mismo, se agregan las uvas pasas, el aceite de coco y la canela. Se procesan entonces los ingredientes hasta que todo quede reducido a pedacitos pequeños. Se comprueba la consistencia de la preparación, la cual debería tornarse compacta y húmeda. En caso de que todavía no estuviera en su punto, se podría agregar un poco de aceite de coco.
Si por el contrario, se ha alcanzado el punto deseado en la mase, se retira de la licuadora, y con las manos, se comienzan a elaborar pequeñas pelotitas. Así mismo, se toma un plato llano, se colocan las dos cucharadas de coco rallado, de forma extendida, y sobre él se van pasando las pelotitas, a fin de que se impregnen por completo con este ingrediente. Una a una se van colocando en el plato o recipiente en donde se colocarán, para después ofrecerlas a los invitados. Se llevan al menos cuatro horas a la nevera antes de servirlas.
Pie de dátiles
Por último, los dátiles también resultarán el ingrediente estrella de esta preparación, que de seguro será el delirio de los invitados. Para prepararlo, se necesitarán los siguientes ingredientes:
- Para la base: dos (2) tazas de avena en polvo / un cuarto ( ¼ ) taza azúcar / una (1) taza de mantequilla / cuatro (4) cucharaditas de leche.
- Para el relleno: una (1) taza de nueces trituradas / una (1) libra de dátiles, lavados y sin corozo / cinco (5) huevos / una (1) lata de leche condensada / una (1) cucharadita de esencia de vainilla.
Cuando se cuentan con todos los elementos a disposición, se comienza con la elaboración de la masa para la base. De esta forma, en una fuente, se colocan la avena y el azúcar, se mezclan y e va agregando mantequilla derretida. Cuando este ingrediente se haya integrado por completo, se agregará leche y se amasará hasta obtener una masa flexible. Se divide en dos partes.
Con ayuda de un rodillo se alarga una de las partes de la masa, y se lleva al molde de pie, para que lo cubra por completo. De inmediato, se comienza con la preparación del relleno, para esto se tomarán los dátiles, previamente lavados, sin hueso y cortados en trocitos, y se llevan a la licuadora junto a la leche condensada, los huevos y la esencia de vainilla.
En el momento en que se obtiene una masa homogénea, se lleva entonces sobre la masa con la que se ha cubierto el molde. Así mismo, se le agrega la nuez triturada. Se tapa con la otra parte de la masa, la cual también debió extenderse con el rodillo. Se le abren algunos huequitos con el tenedor. Se pinta con clara de huevo, y se lleva al horno por unos 40 minutos. Sin embargo, no se saca del horno, sino que se le permite enfriarse en este por unos veinte minutos.
Se saca del horno, y se le deja tomar temperatura ambiente. Se le lleva a la heladera, y se conserva ahí hasta el momento en que vaya a servirse.
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