Una mujer griega, participante de los Juegos Hereos
Hereos: los juegos de las mujeres
Los juegos Olímpicos, como mucho de la sociedad griega, eran un asunto únicamente masculino. En tiempos de la Grecia Clásica las mujeres fueron prácticamente excluidas de la vida pública y en algunos casos se llegó a amenazar con la pena de muerte a quienes incluso viesen jugar a los hombres. Se creía que estos, al competir desnudos, podrían causar emociones “indeseadas en las mujeres” y por ello la pena, si una mujer casada era vista entre el público, era la muerte.
Esta ley exceptuaba a las mujeres espartanas, acostumbradas a realizar ejercicio desnudas junto a los hombres (los espartanos creían que así darían a luz a guerreros más fuertes). Pero bueno, los espartanos siempre fueron asunto aparte.
En cualquier caso, lo cierto es que esta separación de las mujeres y el deporte no duraría mucho. En torno al sexto siglo a.C. aparecerían los llamados “Juegos Hereos”, unas competiciones equivalentes pero realizadas exclusivamente por mujeres.
Es lamentable que no tengamos mucha información de los Juegos Hereos (a comparación de los Olímpicos) pero sabemos que se realizaban en el mismo Estadio y que, como los Olímpicos, involucraban carreras a pie. No se tienen referencias de deportes de combate, aunque es probable que no se realizasen.
Las mujeres no competían desnudas, como los hombres, sino con un chiton o túnica usada tradicionalmente por los hombres (es decir, vestidas como hombres). Las espartanas, de nuevo, solían ser una excepción, pues preferían competir desnudas o con un pequeñísimo vestido.
Es triste que no tengamos muchos datos de los resultados de las competencias. El premio, al igual que en el certamen masculino, era una rama de olivo (símbolo de paz), un trozo de la carne de un buey o una res sacrificada a la diosa Hera y la posibilidad de ver su nombre tallado en el Templo. Aunque se conoce el lugar donde guardaban los nombres, lamentablemente hoy no queda ninguno.
Es una lástima que no sepamos más de estas competidoras, pero sirven para recordarnos que las mujeres también hicieron parte de la Historia y que, aunque olvidadas, dejaron una impronta imborrable en las sociedades en las que habitaron.
Ah, y por si quieren saberlo, los hombres sí podían ir a las competiciones de mujeres (incluso con la intención de crear matrimonios). Injusto, ¿no creen?
Combates sangrientos
El boxeo estuvo presente casi desde el principio de los Olímpicos de la Edad Antigua. Originalmente, se trataba de una competencia relativamente normal, con guantes de cuero cubriendo los puños y en la que se buscaba demostrar superioridad. Pero con el tiempo esto comenzó a cambiar.
Los guantes se desecharon y se adoptaron los puños limpios o, peor, empezaron a cubrirse con tela recubierta de placas metálicas. La superioridad se volvió cada vez menos simbólica y más sanguinaria a medida que los combates se convertían en una lucha a muerte. Pues no había jueces y el combate no terminaba hasta que uno de ellos se rendía…o moría.
Quizás el más dramático de estos casos fue el relatado por el historiador romano Pausanias, quien relata que un larguísimo combate entre Damoxenos y Kreugas terminó cuando el primero perforo el abdomen del segundo con sus manos, haciendo que se salieran sus entrañas. El oponente, como es lógico, murió.
En el caso de la lucha grecorromana la cosa era un poco menos sanguinaria, pero igual resultaba mucho más cruenta que en la actualidad. Los combatientes tenían que inmovilizar al otro o forzarlo a rendirse, por lo que solían apuntarle a la ruptura de articulaciones “débiles” como los dedos para lograr una victoria rápida. Así mismo, no existían categorías de peso, por lo que los competidores más grandes tenían una ventaja importante.
Sin registros
En tiempos antiguos no existían medidas unificadas y no se conocían maneras precisas de calcular las distancias o, peor aún, los tiempos. Muchas veces distintas ciudades adoptarían medidas diferentes, por lo que tampoco existía un criterio común que permitiese saber cuánto había tardado o saltado un corredor. Por esta razón, no tenemos records de los Olímpicos antiguos.
Para ser puntuales, ni siquiera existen registros. Las carreras se medían de acuerdo con el que llegara primero. Los saltos, en comparación al anterior. Lo importante era ganar a los competidores y no superar marcas dejadas por personajes anteriores. Esto parece haber sido constante en todo el periodo.
Teodosio, quien terminó con la Histori de los Juegos Olímpicos
Los Olímpicos tuvieron algunos cambios con la conquista romana de Grecia, pero en general siguieron siendo importantes (aunque progresivamente decadentes) hasta casi el siglo I d.C. A partir de entonces empezarían a perder más y más popularidad (en su momento atrajeron incluso gran cantidad de visitantes romanos) pero su fin no llegaría hasta el año 394 de nuestra era cuando el Emperador Teodosio los prohibió por tratarse de actos paganos.
En aquellos tiempos las inundaciones, los desastres y las invasiones bárbaras ya habían afectado las edificaciones, pero los juegos sobrevivían como un reducto de tiempos antiguos, un recuerdo de las glorias pasadas de Grecia y de una promesa de paz y hermandad que terminó por diluirse en el aire como un hilillo de humo. De los Olímpicos originales, aquellos en los que se buscaba la hermandad de los pueblos helenos, no quedaba nada.
Y pasarían 15 siglos (poco más de lo que los juegos antiguos duraron desde su aparición) para que esta promesa de hermandad se reviviera, de nuevo en tiempos convulsos para la civilización humana.
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