Quizás una de las obras más celebradas de la Literatura rusa sea Anna Karénina, novela nacida de la pluma del célebre escritor León Tolstói, la cual fue publicada por primera vez, en el año 1875, cuando empezó a aparecer en forma de folletín dentro de El mensajero ruso, revista en donde se publicó por entregas durante dos años.
Sin embargo, en 1877, diferencia con el editor Mijaíl Katkov, llevaron a Tolstói a tomar la drástica decisión de interrumpir la publicación, por lo que entonces sus lectores no pudieron conocer el final de la historia, sino hasta unos meses después, cuando su autor logró sacar a la luz la edición completa de esta historia, que durante décadas ha fascinado a generaciones de lectores.
Sobre Anna Karénina
De hecho, esta obra de Leon Tolstói es considerada por la Crítica universal como una obra maestra, así como un pilar de referencia para el movimiento del Realismo. De esta manera, y pese a que la mayoría de sus contemporáneos no pudieron leer en ella más que un romance aristocrático, algunas importantes figuras de la Literatura y la Teoría Literaria rusas, como lo son Dostoyevski o Nabókov describieron respectivamente esta novela como una obra de arte, así como el reservorio de un mágico estilo y la representación de una estructura narrativa perfecta.
Resumen de Anna Kerénina
Por su parte, en cuanto a su contenido, se podría decir que la historia comienza cuando el príncipe Stiva llama desesperado a su hermana Anna Karénina, para que se traslade desde San Petersburgo, y le ayude a convencer a su esposa, Dolly, de que no lo abandone, pese a que esta ha descubierto recientemente que este le ha sido infiel con otra mujer.
De esta forma, Anna deja San Petersburgo, y emprende viaje en tren a Moscú. No obstante, su llegada se presenta trágica, puesto que cuando el tren en donde viaja esta mujer comienza a arribar a la estación, un trabajador cae en las vías, corriendo una suerte fatal. Así mismo, la historia revela cómo la única que llega a Moscú no es Anna, sino que Lyovin, un antiguo amigo de Stiva, llega a Moscú, con el fin de proponerle matrimonio a la cuñada menor de este príncipe, quien es presentada como Kitty.
Empero, las intenciones de Lyovin se verán frustradas desde el primer momento, pues Kitty lo rechaza, ya que su corazón en realidad le pertenece a otro hombre: el oficial conde Vornski, lo cual no quiere decir que este le corresponda. Por el contrario, este importante funcionario conoce a Anna Karénina en la propia estación del tren, enamorándose de ella. Siendo una mujer casada, Anna decide evadir a Vronski regresando a San Petersburgo al lado de su esposo, Karenin, quien tiene una importante posición en el gobierno, y su hijo Seriozha. Por su lado, el rechazado Lyovin decide regresar a su granja.
Sin embargo, la huida de Anna no hará retroceder el amor de Vronski, quien la sigue en tres a San Petersburgo, ciudad en la que se instala entonces para estar cerca de la mujer que ama. Es así como Anna y Vronski comienzan a encontrarse y frecuentarse cada vez más, al punto en que la sociedad comienza a hacer comentarios, que llevan a Karenin a hacer un reclamo a Anna, a quien insta a que se aleje de Vronski. Empero, la advertencia, Anna sale en estado de Vronski, situación que decide llevar en secreto, hasta que Vronski tiene un accidente y Anna termina exponiéndose públicamente debido a su extrema preocupación. Apenada, confieza el engaño a su esposo Karenin.
Esta situación conmoverá la vida de los personajes principales, puesto que por un lado fracturará el matrimonio entre Karenin y Anna, mientras que por otro hará que Kitty, al enterarse del amor que siente Vronsky por esta mujer, decide dejar todo y marchar hacia Alemania, en donde se entrega a la religiosidad. Por su parte, Dolly trata que Lyovin reviva sus deseos de matrimonio con Kitty.
En cuanto al matrimonio de Anna y Karenin cada vez la situación es más insostenible, y aunque Anna quiere seguir tras de Vronsky, Karenin le advierte que no le dará el divorcio, amenazándola también con quitarle a su hijo Seriozha. No obstante, al llegar el momento del parto de Anna, esta se encuentra a punto de perder la vida, mientras que Vronski sufre a su lado, escena esta que es observada por Karenin, quien termina por perdonarlos.
Finalmente, los amantes terminan por huir a Europa, ya que no obstante ya no guarda rencor, Karenin se niega a concederle el divorcio a Anna, lo cual por supuesto impide que esta pareja se una en matrimonio. Por su parte, Stiva y Dolly consiguen su objetivo, haciendo que Lyovin y Kitty se reconcilien, casándose y mudándose a una lujosa casa a las afueras de la ciudad.
Por su parte, Anna y Vronski comienzan una nueva vida en Europa, la cual sin embargo se muestra cada vez más difícil, puesto que la sociedad, conociendo que no son casados, no los acepta como iguales.
Esta situación, hace que poco a poco la pareja se hunda en una vida de aburrimiento, que contrasta totalmente con su activa vida social en Rusia. De hecho, al poco tiempo, Anna y Vronski deciden regresar a San Petersburgo, pensando que tarde o temprano la sociedad los volverá a aceptar. Sin embargo, el recibimiento es solo para Vronski, a quien le acepten siempre y cuando no mencione ni se presente con Anna. Por el contrario, a esta mujer la ignoran y la marginan por completo.
Incluso, su propio esposo, Karenin le ha dicho al hijo de ambos que Anna ha muerto, situación que Anna descubre cuando logra escabullirse en su antigua casa, cuando su hijo cumple nueve años. Esto hace que Anna inste a Vronski a mudarse fuera de San Petersburgo, a la finca que este tiene lejos de la ciudad. Pese al lujo en el que viven, Vronski sigue abandonando a Anna para pasar largas jornadas sociales, a donde esta no puede asistir, situación que además de soledad va generando en Anna una especie de irritabilidad y celos, los cuales se van traduciendo en distancia y conflictos entre ellos.
Tratando de salvar la relación, los amantes, quienes no ven salida a su situación por la negativa constante de Karenin a darle el divorcio a su esposa, optan por mudarse a Moscú, ciudad en donde nuevamente Vronski se entrega a disfrutar de la vida social, dejando a Anna en su soledad, sentimiento que es alimento de sus celos, inseguridades y rabia.
De esta manera, el punto cumbre de su abandono y soledad será cuando Anna se convence que la madre de Vronski trata de arreglarle un matrimonio con una de sus amantes. Ante la rabia y el dolor que esto le producen, Anna toma una determinación: es así como marcha a la estación de trenes y se lanza a las vías, poniendo fin a su sufrimiento.
El suicidio de Anna lanza a Vronski a la desesperación y el remordimiento, los cuales hacen que ciegamente se aliste como voluntario para ir a combatir al frente roso en la revuelta de Serbia. No obstante, el remordimiento no solo es para Vronski, sino que Karenin decide entregarse a la crianza de Anna, la hija de su esposa y Vronski, a quien asume como propia.
La novela termina con la reflexión de Lyovin, quien llega a la conclusión de que no importa tener dinero o una familia hermosa si uno no practica la bondad, puesto que lo primero no es garantía de felicidad, mientras que darse a los otros, probablemente sí sirva para forjar paz y tranquilidad en la vida.
Imagen: retrato de León Tolstói, autor de Anna Karénina / Fuente: wikipedia.org